Peritos ratifican que al menos 6 disparos entraron en el vehículo

Actualizado: lunes, 9 marzo 2015 13:28

Los expertos en Balística defienden que el disparo que mató a Prieto Fandiño fue directo

MADRID, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -

La prueba pericial de los expertos en Balística en el juicio por la muerte de David Prito Fandiño, un presunto ladrón tiroteado por tres agentes de la Policía local de Getafe tras una persecución de 14 kilómetros, ha ratificado que al menos seis de los trece tiros que se descerrajaron entraron en el vehículo de las víctimas, impactando uno de ellos de forma directa en la cabeza del fallecido.

La Audiencia de Madrid ha retomado esta mañana la vista oral contra los agentes Antonio M.G., Óscar C.U. e Ismael G.M. por un delito de homicidio y otro en grado de tentativa. Mañana concluirá el juicio con las acusaciones finales de las partes.

Los hechos se produjeron sobre las 11.15 de ese día cuando seis agentes locales de Getafe iniciaron una persecución de un vehículo tras recibir un aviso de un secuestro, según su versión. En la calle Canarias de Madrid, ya fuera de su demarcación, les dieron alcance, dándoles el alto. Tras varias maniobras agresivas, los agentes dispararon a los bajos del coche en defensa de su vida.

En la sesión de este lunes han comparecido los miembros de la Policía Científica que acudieron al lugar del crimen para recoger las vainas de los proyectiles e investigar la trayectoria de los tiros que lanzaron los agentes, lo que fueron de forma descendente (de arriba a bajo).

En su declaración, los tres acusados manifestaron que lanzaron tiros instintivos de defensa propia hacia los bajos del coche, es decir, a las ruedas. Sin embargo, los expertos en balística han detallado que hubo impactos que atravesaron el maletero y los asientos del coche.

A preguntas de cuántos dispararon entraron de forma directa en el vehículo, uno de los expertos en esta material ha especificado que al menos seis de los 13 que hubo. "Uno de ellos causó la muerte del chico", ha dicho uno de los peritos.

La pasada semana, los agentes manifestaron que la persecución se inició después de que un policía franco les avisara de que había visto como los ocupantes de un vehículo introducían a otro a la fuerza en el maletero. Sin embargo, los policías que se encargaron de las pesquisas de los hechos concluyeron que no hubo ningún secuestro.

HECHOS JUZGADOS

Según el fiscal, los tres agentes se personaron en el lugar del aviso de secuestro para dar auxilio y cobertura al agente franco que había dado el aviso. Allí fueron informados de la ruta que había tomado el Citroën, a bordo del cual habían huido los supuestos secuestradores. Se inició entonces una larga persecución por la carretera con dirección a Madrid capital.

Ya en Madrid, los agentes localizaron al vehículo al cual seguían en la calle Canarias y, al llegar a la altura de esta vía con la calle Vara del Rey, uno de los vehículos policiales que les seguían se colocó en la parte izquierda del Citroën a fin de cerrarle el paso, llegando a continuación los otros dos vehículos que habían participado en la persecución.

Los agentes conminaron entonces a los ocupantes a que detuvieran el vehículo y descendieran del mismo, momento en el que el conductor del Citroën, haciendo caso omiso de las indicaciones policiales, realizó una brusca maniobra de marcha atrás colisionando con uno de los vehículos policiales.

En ese momento de incertidumbre, y al observar el procesado Ismael G. M. que el copiloto del Citroën giraba el cuerpo hacia la izquierda, gritó "¡Arma de fuego!" y efectuó varios disparos con su arma reglamentaria. Igualmente hizo el procesado Daniel C. U., quien efectuó varios disparos con su arma reglamentaria gritando en los mismos términos.

Al observar el movimiento del copiloto del Citroën, el procesado Antonio Miguel G. M., también efectuó varios disparos contra el vehículo objeto de la persecución.

Los procesados asumieron mientras accionaban sus armas que podían acabar con la vida de los ocupantes del vehículo, cuando el Citroën ya había superado el cerco policial y emprendía la huida por la calle Vara del Rey, cuando no se disponían de datos fehacientes sobre la existencia de arma alguna en el vehículo de los perjudicados y sin que los procesados hubieran comprobado que la persona que hubiera podido ser introducida a golpes en el coche se encontrara en los asientos traseros del mismo.

Algunos de los disparos sobre el vehículo efectuados por el procesado Antonio Miguel G. M. impactaron en el copiloto del vehículo que se había dado a la fuga. El herido fue trasladado a la UCI de un centro hospitalario donde falleció el 22 de noviembre de 2011.

Como consecuencia de los disparos efectuados por los procesados, también resultó herido el conductor del Citroën, quien sufrió una herida por arma de fuego frontal derecha con destrucción parcial del pabellón auricular. El perjudicado permaneció ingresado tres días en el recinto hospitalario y le han quedado significativas secuelas estéticas y de audición.

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