Los inmigrantes contraían una deuda de 6.000 euros por entrar en el país, que tenían que pagar trabajando en la construcción
MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Policía Nacional ha desarticulado, con la detención de siete personas, una banda dedicada a la introducción en España de inmigrantes magrebíes para su explotación laboral, según informó hoy en un comunicado la Jefatura Superior.
En la operación, realizada por agentes de la Comisaría General de Extranjería y Documentación en colaboración con el Grupo de Policía Judicial de Leganés, han sido detenidos los máximos responsables de la red, dos españoles, originarios de Marruecos, y un ciudadano magrebí, así como otras cuatro personas por estancia irregular.
Los inmigrantes eran captados en Marruecos y contraían con la organización una deuda de 6.000 euros que tenían que abonar trabajando en la construcción. Se estima que con esta actividad ilícita podrían obtener anualmente unos ingresos superiores al millón de euros.
Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de febrero a raíz de una denuncia presentada en la Comisaría de Leganés por una de las víctimas. En su declaración hizo constar el periplo sufrido desde que salió de su tierra hasta llegar a España, su explotación laboral y las amenazas y agresiones sufridas.
La red disponía de una amplia infraestructura en Marruecos y en España. Un grupo se encargaba de captar en su país a los compatriotas y les facilitaban todos los trámites necesarios para su traslado hasta la Península. Eran trasladados a bordo de pateras, y les facilitaban los medios de transporte y el alojamiento una vez en España. Los que conseguían entrar asumían una deuda de seis mil euros, que habrían de satisfacer trabajando en la construcción.
Si alguno de los llegados clandestinamente no estaba de acuerdo con los planteamientos y las exigencias de los miembros de grupo era sometido a malos tratos.
Los investigadores de la UCRIF Central y la Comisaría de Leganés localizaron, además, un piso que la organización tenía en Madrid. La vivienda era utilizada como lugar de acogida de inmigrantes y en él vivían hacinadas doce personas de nacionalidad marroquí.
En Madrid se han practicado dos registros domiciliarios en los que se han intervenido una pistola marca Marksman Repeater, del calibre 4,5 mm, cheques bancarios y libretas de ahorro y 3.400 euros en metálico.
