El Supremo estudiará el día 20 la condena a 82 años de cárcel del líder de los violadores del Parque del Oeste

Europa Press Madrid
Actualizado: viernes, 2 septiembre 2011 19:14

MADRID 2 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal Supremo deliberará el próximo 20 de septiembre sobre la condena a 82 años y medio de cárcel impuesta por la Audiencia Provincial de Madrid al cabecilla de la banda de violadores que operaba en el Parque del Oeste al considerarle autor responsable de cuatro violaciones continuadas y delitos de robo con violencia que habría perpetrado entre agosto y septiembre de 2007.

El ponente designado para la sentencia del alto tribunal ha sido el magistrado José Ramón Soriano. La Sala Quinta de la Audiencia madrileña impuso a César Urquiza Quiroga cuatro delitos de agresión sexual cometidos en 2007, así como cinco delitos de robo con violencia, agravados por uso de arma o instrumento peligroso, y contra la integridad moral.

Los magistrados del tribunal madrileño acordaron que el límite máximo de cumplimiento de la pena fuera de veinte años de prisión conforme al artículo 76 del Código Penal. Sin embargo, los beneficios penitenciarios se les aplicarán sobre la suma total de la condena impuesta en virtud del artículo 78.1 del Código Penal.

La pena impuesta coincide casi con la solicitada por la Fiscalía de Madrid, que reclamaba 87 años de prisión por cuatro violaciones, seis delitos de robo con intimidación y tres faltas de lesiones. Los otros dos acusados se enfrentaban a 18 años y medio de cárcel por un delito de violación y un robo con intimidación, pero han sido absueltos por la Audiencia madrileña.

En su resolución, la Sala se mostraba contraria a condenar a los procesados por un delito de asociación ilícita, puesto que recalcaba que "no se ha podido determinar los posibles miembros que, bajo la dirección de César Urquiza, podían formar la supuesta asociación ilícita". Por tanto, concluye que no existen suficientes pruebas de este delito.

La sentencia consideraba probado que las violaciones se llevaron a cabo entre agosto y septiembre de 2007. También recalcaba que las víctimas eran parejas de entre 17 y 24 años, así como que a los chicos les utilizaban de colchón para perpetrar las agresiones sexuales.

Asimismo, la Sala concluía que el cabecilla de la banda de violadores padecía un trastorno antisocial de la personalidad, caracterizado por un "patrón generalizado de desprecio y violación de los derechos de los demás".

No obstante, subrayaba que este hecho no afectaba a la capacidad de comprensión de los hechos del condenado. "Él sabe perfectamente que hace el mal", recogía uno de los informes forenses que se le practicaron en la instrucción.

EL LÍDER, UN VIOLADOR EN SERIE

La policía detuvo a los integrantes de la banda en octubre de 2007, entre los que figuraba César U.Q. y varios menores. El líder de la banda, calificado de 'violador en serie', elegía a víctimas de entre los 17 y los 24 años, ayudándose de sus compinches para perpetrar las violaciones, la mayoría de ellas en presencia de la pareja de las chicas. En ocasiones, ponía a los novios como colchón en las violaciones.

El 'modus operandi' del grupo consistía en intimidar a la pareja de la chica con navajas y luego el jefe del grupo apartaba a la chica a otro lugar más oscuro y la violaba, mientras el resto de los miembros robaba y controlaba al novio. Según las pesquisas policiales, el grupo atacó a siete parejas, de las que cuatro acabaron con violación y tres con lesiones por arma blanca de escasa gravedad.

La sentencia recoge seis casos, entre ellos el que destapó la primera denuncia a raíz de una violación ocurrida el 15 de agosto de 2007. Ese día, una pareja se encontraba alrededor de las 23 horas en el Parque del Oeste de Madrid.

Los novios estaban sentados en un banco, cuando se les acercó César U.Q., en compañía de otra persona. Ésta les exhibió una navaja que portaba, exigiéndoles que les entregara todo el dinero que llevaban y las tarjetas de crédito.

"César portando otro cuchillo obligó a los jóvenes a tumbarse en el suelo boca arriba abajo A. y A. encima de él. César, con claro ánimo libidinoso, comenzó a tocar a A. por la zona de los glúteos y por encima de la ropa para seguidamente girarla y anunciarle que si no se dejaba, iba a matar a A.", recogía el fallo.

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