Un testigo descarta que el presunto homicida del joyero de Gran Vía no tuviera intención de matarle

Actualizado: martes, 28 octubre 2008 15:04

MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -

El principal testigo de cargo en el juicio por el homicidio en septiembre de 2006 del joyero José Manuel Mateo Redondo descartó hoy que el presunto autor material de los cuatro disparos que le costaron la vida no tuviera intención de matarle, en contra de las manifestaciones del procesado, el uruguayo Kristian Fernando D.D.

"La intención era matar. Eso lo tengo claro", aseveró Roberto R., uno de los técnicos del Teatro Lope de Vega de Gran Vía, en el que entonces se representaba el musical 'Mamma Mia', que presenció el crimen junto a un nutrido grupo de compañeros. Alrededor de las 20.00 horas, el testigo observó como una persona se abalanzaba contra un hombre para intentar arrebatarle un maletín, en el que el joyero guardaba un muestrario de joyas valorado en 60.000 euros.

"No le di importancia hasta que vi que llevaba una pistola. No había manera de que el hombre le quitase el maletín. Entonces, dio un primer disparo como de aviso", narró Roberto, que añadió: "A renglón seguido, le descerrajó dos tiros a bocajarro, a menos de un metro de distancia: Uno en el tórax y otro en la pierna".

Con la mirada expectante de un tumulto de personas, Roberto y otro compañero, llamado Simon, trataron de retener al agresor, quien logró zafarse y huir tras montarse en la moto de gran cilindrada en la que le esperaba otro de los acusados, Mario Alberto M.T. Roberto intentó subirse a la moto para alcanzar a los delincuentes, pero cayó al suelo.

El testimonio de este empleado del Lope de Vega se suma a las declaraciones realizadas la pasada semana por varios de sus compañeros. "Escuché seis disparos y gritos. Pensé que sería una masacre. Me refugié dentro del teatro, pero mis compañeros pensaron que eran balas de fogueo porque la calle estaba repleta de gente", relató el pasado miércoles al tribunal una de las empleadas del Lope de Vega que compareció en el juicio.

Los cuatro acusados afrontan una petición de pena de 24 años de cárcel por los delitos de homicidio, intento de robo con violencia e intimidación, tenencia ilícita de armas, continuado de hurto y falsedad documental. Se sientan en el banquillo de los acusados los argentinos Roberto C.N., Carlos Arturo P. y Mario Alberto M.T., así como Kristian Fernando D.D.

El día 21, Kristian admitió que el asalto al joyero iba encaminado a robarle las joyas, pero insistió en que no hubo "intención de quitarle la vida". "Fui a hacerle un tirón, pero me agarró y no me soltaba. En el forcejeó, la pistola se disparó. Otra persona trató de reducirme y perdí el control del arma, que se disparó por todos los lados", narró el acusado, quien recalcó que "nunca antes había tenido un arma entre sus manos".

VIGILADO DESDE JULIO

La Fiscalía de Madrid sostiene que los acusados seguían desde julio de 2006 los movimientos del joyero. Alrededor de las 20.00 horas del 26 de septiembre de 2006, la víctima salió de su taller con un maletín y una bolsa de viaje en la que guardaba un muestrario de joyas, valoradas en 60.000 euros, siendo vigilado durante todo el día por Roberto C.N. y Carlos Arturo P.

Mateo bajó por la calle Isabel la Católica para recoger el coche que tenía aparcado en un garaje próximo. Una vez que los otros acusados divisaron al joyero, le interceptaron en la calle y se colocaron a su espalda. Fernando D.D. agarró con fuerza la bolsa que portaba, tratando de arrebatársela. Entonces, se produjo un forcejeo entre ambos, en cuyo transcurso Kristian esgrimió el arma que portaba y le descerrajó cuatro tiros. Además, le golpeó la cabeza con el arma.

La víctima, casado y con dos hijos, sufrió cuatro impactos de bala, por lo que fue trasladado al Hospital Clínico de Madrid. Mateo falleció un día después como consecuencia de las graves heridas que le originaron lesiones en órganos vitales, dando lugar a una hipovolemia y en última instancia una parada cardiaca irreversible.