MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Tres de cada cuatro madrileños encuestados han tenido un gesto solidario en materia alimentaria en el último año, como ha destacado un informe de Eroski Consumer.
El estudio se llevó a cabo entre 1.050 personas de nueve comunidades autónomas --110 de ellas en Madrid--, donde se desvela que el gesto solidario más común ha sido donar alimentos, mayoritariamente en bancos de alimentos e iglesias.
Del estudio se desprende que los gestos de solidaridad alimentaria (donar alimentos, ayudar a un familiar en el pago de la cesta de la compra, entregar comida a amigos...) son abundantes entre los consumidores encuestados madrileños: el 73 por ciento de las personas entrevistadas en la Comunidad de Madrid realizó en el último año algún acto solidario en este sentido.
Concretamente, el 65 por ciento ha donado alimentos a alguna entidad sin ánimo de lucro y un 35 por ciento ha ayudado a alguien que no pertenecía a su familia y tenía necesidades alimentarias. Además, un 7 por ciento también le ha echado una mano a algún miembro de su familia con dificultades, pero ninguno ha sido voluntario en alguna entidad sin ánimo de lucro involucrada en proyectos solidarios en los que la alimentación fuese la prioridad.
Entre los madrileños solidarios del estudio, hay un sentimiento generalizado, que la crisis ha fomentado su solidaridad. El 62 por ciento de ellos considera que la mala situación económica que está atravesando el país le ha influenciado a la hora de realizar este tipo de actividades solidarias. Además, siete de cada diez entrevistados en la Comunidad Madrileña echan en falta más iniciativas sociales por parte de la Administración.
Pese a que la mayor parte de los madrileños encuestados son solidarios en este sentido, también existe un 27 por ciento que no ha realizado ningún gesto de este tipo en el último año. En concreto, un 35 por ciento nunca ha donado alimentos a una entidad sin ánimo de lucro, principalmente por las dificultades económicas que atraviesan.
Otro 65 por ciento no ha ayudado a personas fuera del núcleo familiar y el 93 por ciento tampoco a miembros de la familia con dificultades para alimentarse. El motivo principal es que nadie se lo ha pedido directamente.
Ninguno de los madrileños entrevistados ha sido voluntario en entidades sin ánimo de lucro que lleven a cabo iniciativas relacionadas con las necesidades alimentarias. Lo justifican principalmente por no haber encontrado el momento oportuno.
