Una víctima del 'Beso del Sueño' identifica a su agresora en el juicio

MADRID 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

Una víctima del denominado método de robo el 'Beso del Sueño' ha identificado a su agresora, Rosa María M.F., en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid al asegurar que fue la persona que le sedó, ató y golpeó en la habitación de un hotel de la capital para robarle.

Rosa María M.F. se ha sentado en el banquillo de los acusados por los delitos de robo con violencia e intimidación, lesiones alevosas y detención ilegal. La fiscal ha solicitado quince años de prisión y que indemnice a la víctima con 2.100 euros por las lesiones causadas y con 1.572 euros por las secuelas dejadas.

En su declaración, la procesada ha negado que fuera la persona que drogó a la víctima para robarle, así como que hubiera usurpado la identidad de una mujer para coger una habitación en el hotel en que se produjeron los hechos.

A preguntas sobre por qué se encontró documentación de otras personas en su domicilio, la mujer ha alegado que su entonces pareja se dedicaba a la compra-venta de vehículos y, por esta razón, tenía bastante documentación de diversas personas.

Frente a su versión, la víctima ha relatado que conocía a la acusada de Valladolid, donde solía quedar en una consulta de masajes eróticos. Además, ha contado que el día de los hechos se citó con ella en un hotel para mantener un encuentro sexual.

"Me ataron y me dieron patadas. No sé por qué lo hicieron, ya que les hubiera dado todo lo que tenía", ha indicado el agredido, quien ha recalcado que los médicos le comentaron que estuvo a punto de morir.

La procesada empleaba el llamado 'Beso del Sueño' para cometer sus robos. Esta mecánica consiste en echar un fármaco en la copa de una persona para sedarle y perder de este modo su resistencia a un ataque.

Según la fiscal, la procesada acudió el 2 de marzo de 2007 al Hotel Claridge, situado en la Plaza de Conde de Casal, donde había quedado con la víctima en una habitación. Tras cambiarse de ropa, preparó una bebida en la que vertió una cantidad de haloperidol, lo que provocó que el hombre quedara inconsciente.

Así, la procesada le ató en una silla y dejó entrar a otra persona en la habitación. Una vez dentro, los dos le golpearon brutalmente y le robaron sus efectos, siendo liberado dos horas después por un empleado del hotel.