Una víctima de incesto retira la acusación contra su padre por los abusos que sufrió durante 18 años

El fiscal solicita para el acusado 23 años de prisión por sendos delitos continuados de agresión sexual y de violación

Europa Press Madrid
Actualizado: jueves, 7 febrero 2008 16:57

MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

Una víctima de incesto retiró hoy la acusación que llevó a su padre al banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid por los supuestos abusos que sufrió durante 18 años, desde 1985 hasta al menos 2003. En el juicio, el procesado aseguró que "todo" era mentira y su hija renunció a prestar declaración contra su propio padre, para quien el fiscal solicitó 23 años de prisión al considerar acreditado la comisión de sendos delitos continuados de agresión sexual y de violación.

La madre de Y.C.G murió de accidente de tráfico cuando ella tenía 3 años de edad. Desde entonces, su padre se dedicó a tiempo completo a su hija, con el sustento económico de la pensión de orfandad que recibía la menor. Durante su infancia y parte de la adolescencia, la mantuvo en una situación de total aislamiento social, sin dejar que se relacionase con jóvenes de su edad.

Con 21 años, la víctima denunció en una Comisaría de Leganés que desde que tenía uso de razón sufría abusos sexuales por parte de su progenitor, de origen venezolano. Las vejaciones consistían en todo tipo de tocamientos, en los pechos y en los genitales, y violaciones.

Según la declaración policial de Y.C.G, Eli H.C. entraba por la noche en su cuarto y se metía con ella en la cama. Entonces le tocaba los pechos y los genitales. En ocasiones la violaba. A veces la joven se acostaba con la ropa puesta y se despertaba sin ella. A medida que iba creciendo ofrecía mayor resistencia. Todo acabó el 23 de abril de 2003, cuando acudió a la Policía a denunciar los abusos.

Pese a que su desgarrador testimonio motivó la apertura de un proceso penal contra su progenitor, la chica prefirió momentos antes de que se iniciase la vista retirar la acusación que en su día formuló gracias al apoyo que le dio su hermana. "En estos casos, las víctimas se encuentran con sentimientos enfrentados al ser el acusado su propio padre. Hay que tener en cuenta el aspecto emocional que supone ver a tu padre en estas circunstancias", esgrimió su abogado.

SE NIEGA A DECLARAR

La retirada de la acusación obligó a que la víctima tuviera que declarar en presencia de su agresor, en vez de detrás de un biombo como había pedido su letrado. "¿Quién ha solicitado el biombo?", espetó el presidente de la Sección Quinta a la funcionaria encargada de que todo esté correcto durante el desarrollo del juicio. Al mismo tiempo entró la víctima, con la cabeza gacha. 'Póngase usted ahí', le indicó la Sala.

"Tiene derecho a marcharse si quiere", le informó el tribunal, a lo que ésta respondió: "me acojo a mi derecho a no declarar". "¿Se siente usted cohibida, coaccionada o amenazada?", le inquirió el presidente, contestando la chica: "No. Estoy aquí libremente". Acto seguido, se levantó y abandonó la sala, sin dirigir ni una sola mirada hacia su padre.

Durante su declaración, Eli H.C. insistió en repetidas ocasiones que el relato de su hija era falso. "Eso no es cierto", arguyó el procesado, que se escudó en que la pretensión de su hija era obtener beneficios económicos con la venta del piso en el que ambos vivían en Leganés. ¿Qué tiene que ver la venta de un inmueble con que le tocara los genitales", le amonestó el fiscal. "Eso no es correcto", se limitó a contestar el acusado.

Según su versión, cuando su hija cumplió la mayoría de edad, ésta comenzó a gozar de cierta autonomía económica. En ese momento, domicilió la pensión de orfandad a su propia cuenta a fin de que ella sola se beneficiara del dinero. En ocasiones, le manifestó su interés de vender el piso, a lo que su padre se negaba una y otra vez.

"Yo le hacía la comida, la enseñé a vestirse, a que se bañara... Me sentía orgullosos de mi hija. Pero ahora de lo que ha hecho no mucho", expuso el hombre, que negó haber pegado a su hija. "Antes cojo yo y me doy yo mismo. Nunca lo haría", apostilló.

VERSIÓN CREIBLE

Dos psicólogas de la Clínica Forense de Leganés atestiguaron a la Sección Quinta la credibilidad de la versión de la víctima. "Su testimonio era compatible con el estado emocional que presentaba cuando nos entrevistamos con ella. No lo quería contar porque quería olvidarlo. Le producía vergüenza", indicó una de las peritos, que añadió que durante la narración la joven se entrecortaba y se ponía colorada.

Según las especialistas, el aislamiento social al que le sometió su padre favoreció que los abusos se hicieran crónicos. Durante la infancia, explicó una de ellas, se puede pensar que esa conducta es normal, pero a partir de la adolescencia se empieza a discernir sobre la gravedad de lo que está pasando.

"Con 21 años, ella se sintió apoyada por sus hermanos. Encontró la valentía suficiente como para denunciar los hechos", apuntó una perito, al tiempo que reveló que entonces la joven sentía que "no era fiel a su novio".

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