Las víctimas de la explosión de una nave lamentan no haber denunciado su presencia porque "sabían lo que iba a pasar"

Actualizado: viernes, 2 octubre 2009 14:30

Un ganador de varios goyas se enfrenta a seis años de prisión por dos homicidios imprudentes

MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los perjudicadores de la explosión ocurrida el 6 de septiembre de 2004 en una nave de efectos especiales situada en Puente de Vallecas lamentaron hoy en el juicio contra su propietario, un ganador de varios goyas, no haber denunciado su presencia porque "sabían lo que iba a pasar".

"Sabíamos que la nave estaba repleta de explosivos. No le dimos importancia, pero sabíamos que algún día pasaría algo", aseguró una de las vecinas de uno de los inmubles afectados por la explosión. Otro de los afectados aseguró que en una ocasión puedo comprobar que en el interior de la nave había "gran cantidad de barriles verdes con pólvora negra". "En cada barril, habría cerca de 50 kilos de pólvora", aseveró.

Juan Ramón Molina García se sienta desde el pasado lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid por dos homicidios imprudentes, de dos trabajadores de la nave, y las lesiones de otros tres empleados. Varios vecinos de la zona resultaron perjudicados por la fuerte deflagración.

Este reconocido empresario, de 58 años, se enfrenta a una petición fiscal de seis años de prisión. Molina García, administrador único de 'Molina Efectos especiales S.L, es uno de los pioneros en el cine español en los efectos especiales. El acusado obtuvo el premio Goya a los mejores efectos especiales en 1997 por 'Airbag', de Juanma Bajo Ulloa, y de 2002 por la película '800 balas', de Alex de la Iglesia.

La explosión se produjo el 6 de septiembre de 2004 en una nave industrial de Puente de Vallecas. En el almacén se guardaba una gran cantidad de elementos pirotécnicos y sustancias explosivas. La nave sólo tenía licencia desde 1998 para guardar armas inutilizadas para los efectos especiales de las películas.

Uno de los trabajadores de la nave explicó a la Sala que ese día acudió con el acusado al lugar para recoger unas armas. Cuando estaban en la entreplanta, escuchó un fogonazo y salió corriendo, sin recordar lo que sucedió a continuación. Perdió la conciencia y el procesado le sacó de la nave, siendo atendido por una ambulancia.

"Si en la nave, habría habido todo el material explosivo que dice la Policía, yo hoy no estaría aquí", apostilló, al tiempo que indicó que sólo había "un kilo de pólvora", lo que provocó la indignación de varios de los damnificados asistentes a la vista oral. La Policía sostiene que en la nave se almacenaban cerca de 400 kilos de este explosivo.

LICENCIA PARA ARMAS INUTILIZADAS

La nave sólo tenía licencia desde 1998 para guardar armas inutilizadas para los efectos especiales de las películas. Además, el acusado disponía en otra nave situada en Getafe de otro arsenal de elementos pirotécnicos de los que carecía de la preceptiva autorización.

En su declaración, el procesado aseguró el pasado lunes que desconocía que el almacenamiento de elementos pirotécnicos requería de una autorización y señaló que la adquisición del material se realizó por "los procesos legales". Además, declaró que sabía el material que guardaba en el recinto, pero no la cantidad.

En sede policial, el empresario aseguró que sólo guardaba seis kilos de explosivos y 3.000 balas, mientras que la Policía sostenía que estallaron 400 kilos de pólvora cloratita.

En el juicio, aseguró que como mucho almacenaba entre 6 ó 8 kilos de pólvora. "Nunca he comprado explosivos porque no los utilizo en mi trabajo", aseveró el procesado a preguntas del fiscal. Según su versión, en la nave sólo tenía seis kilos de pólvora negra sin prensar, cerillas, tracas, cohetes y 3.000 balas del calibre de nueve milímetros.