MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
La empresa de componentes de automoción Ficosa ha impulsado su consolidación en Estados Unidos mediante la apertura de una nueva planta de última generación en Cookeville, en Tennessee.
Con una inversión de más de 50 millones de dólares (45 millones de euros), las nuevas instalaciones de la compañía están equipadas con la última tecnología y son las más avanzadas del grupo a nivel mundial.
La nueva planta cuenta con una superficie de 25.000 metros cuadrados y está especializada en la producción de retrovisores para importantes clientes, entre los que figuran Nissan, Ford, Volkswagen, Fiat Chrysler y General Motors.
Además, dispone de equipos avanzados en procesos de pintura e inyección, cuenta con una capacidad productiva de 4,5 millones de retrovisores exteriores anuales y ofrece alrededor de 500 nuevos puestos de trabajo en Tennessee.
En junio de 2015, Ficosa comenzó a construir este moderno centro de producción, que se inauguró el pasado viernes, con la presencia de destacadas autoridades de la zona e importantes fabricantes de automóviles.
"Hoy es un gran día tanto para Ficosa como para el estado de Tennessee", comentó el consejero delegado de Ficosa, Javier Pujol, durante el evento de inauguración.
"La nueva planta de Cookeville supone un movimiento estratégico que fortalece nuestra presencia en uno de los mercados más importantes del mundo, donde Ficosa está presente desde 1994", señaló.
La apertura de la nueva planta permitirá fortalecer la alianza entre Ficosa y Panasonic en América del Norte (EEUU y México). "Estamos impulsando un plan para alinear la estrategia industrial de Ficosa con Panasonic en la región de Norteamérica, con el propósito de acelerar el lanzamiento de nuevos productos en las áreas de conectividad, eficiencia y seguridad", indicó.
En junio, Ficosa North America ganó cuatro contratos de dos fabricantes de automóviles americanos para producir 8,9 millones de retrovisores en un periodo de cinco años.
Tres de los cuatro proyectos se producirán en la nueva planta de Cookeville y alcanzarán un valor económico de 460 millones de dólares (420 millones de euros). Está previsto que la producción comience a principios de 2018.
