MURCIA 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), han demostrado que las frutas y hortalizas frescas recién cortadas o mínimamente procesadas, también conocidas como alimentos de IV gama, no pierden propiedades en su proceso de elaboración y conservación, y mantienen sus nutrientes importantes tales como vitaminas y antioxidantes.
El interés despertado por la comida saludable y los beneficios que aportan los antioxidantes en la salud humana, llevó a los investigadores del CEBAS a realizar estudios para analizar los fitonutrientes de la fruta y la verdura; y cómo sus propiedades pueden mantenerse e incluso mejorarse durante el proceso de elaboración, almacenaje y comercialización.
Después de realizar un estudio pormenorizado de variedades, madurez, métodos de cosecha, procesos pos-cosecha, tecnología de procesamiento, y conservación, entre otros, los investigadores del CEBAS, dirigidos por la investigadora María Isabel Gil, concluyeron que "en contra de lo previsible, la elaboración de productos de IV Gama no tiene casi ningún efecto sobre los constituyentes antioxidantes".
Del mismo modo, el estudio señaló que los productos desinfectantes, como el agua clorada, que se utilizan para su lavado, y que reducen notablemente la contaminación microbiana, "no tienen casi ningún efecto adverso sobre los fitonutrientes", según informaron fuentes de Afhorla en un comunicado.
En definitiva, el contenido de los constituyentes antioxidantes "no sufre variaciones significativas durante el proceso de elaboración y conservación de frutas y hortalizas recién cortadas (IV Gama), y ni siquiera la exposición a la luz altera su contenido en nutrientes", explicó.
El estudio dirigido por Gil, demuestra que "no hay cambios significativos en el contenido de nutrientes importantes como la vitamina C o la vitamina A (carotenoides), en su proceso de elaboración ni durante su vida comercial".
Otro de los aspectos que analiza este trabajo es la influencia de las tecnologías de envasado; en este sentido, concluye que todavía es un factor "clave" encontrar aquellas condiciones tecnológicas necesarias que permitan optimizar el máximo contenido, la actividad y la biodisponibilidad de los antioxidantes y otros constituyentes promotores de la salud de las frutas y hortalizas.
En resumen, el estudio determina que "sigue existiendo el reto de mejorar la selección de variedades, las condiciones de manejo de cultivos, y las etapas de elaboración incluyendo la innovación en materiales y envases que permitan a la IV Gama conservar de la mejor forma posible sus propiedades saludables".