MURCIA 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, José Ballesta, acompañado de los alcaldes de Lorca, Francisco Jódar, y de Aledo, Simón Alcaraz, inauguró este jueves la carretera que conecta ambos municipios (RM-C21), tras las obras de mejora realizadas en esta vía "que constituye uno de los ejes de comunicación más transitados entre las comarcas del Alto y Bajo Guadalentín", según han informado fuentes del Gobierno regional en un comunicado.
Así, ha señalado que la adecuación de esta carretera "beneficiará a más de 350.000 conductores al año que, a partir de ahora, contarán con mejores accesos y una mayor seguridad vial en sus desplazamientos diarios", y añadió que "esta actuación responde al compromiso del Gobierno regional de vertebrar las comunicaciones entre las distintas comarcas de la Región bajo los criterios de igualdad y progreso".
Y es que, según ha explicado, la consejería ha realizado una inversión global de 4,5 millones de euros en la adecuación y mejora de los 12 kilómetros de esta carretera, que mejora las comunicaciones dentro de los municipios de Lorca y Aledo, así como entre distintas poblaciones del Alto y Bajo Guadalentín, impulsando las relaciones sociales, económicas y de servicios de la zona.
En concreto, las obras responden a la segunda fase del proyecto de mejora integral de esta carretera y afectan a un total de cuatro kilómetros, en el tramo comprendido desde el kilómetro 8,4 a la intersección con la vía que va de Lorca a la pedanía de Zarzadilla de Totana (RM-C9).
Mediante la primera fase del proyecto, finalizada en 2009, además del ensanche y unificación de la plataforma a lo largo de ocho kilómetros, se llevó a cabo la construcción de un puente sobre la rambla de Lébor y de una glorieta en la intersección de la carretera con las vías RM-502 (de Totana a Aledo) y RM-503 (de Bullas a Aledo).
Asimismo, esta segunda fase de la actuación, que ha contado con una inversión de 1.479.685 euros, ha consistido en la ampliación de la calzada, de 6,5 a 10,5 metros de ancho, con arcenes de 1,5 metros. Además, se ha llevado a cabo la rectificación de las curvas de radio reducido, la mejora del trazado para el aumento de la visibilidad y la construcción de un nuevo sistema de drenaje, además de obras de paso en ramblas y cauces naturales, para reforzar la seguridad en caso de lluvia.
Por otro lado, se ha instalado nueva señalización y balizamiento, así como sistemas de contención en distintos tramos de la carretera y se han acondicionado los caminos de acceso a las fincas existentes en la zona.
Finalmente, en la intersección de ambas carreteras, se ha dispuesto un carril central de espera de 160 metros de longitud para frenada y de aceleración de 140 metros, que permite los giros a la izquierda con mayor seguridad, y se ha dotado a la intersección de las correspondientes isletas para una mejor ordenación del tráfico.