MURCIA, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
El director general de Bienes Culturales, Francisco Giménez, ha entregado este martes al Convento de las Madres Capuchinas de Murcia, las imágenes restauradas de Santa Clara y San Francisco de Asís, del escultor Francisco Salzillo.
Las tallas, que han sido rehabilitadas por el Centro de Restauración de la Región de Murcia, son obras realizadas en madera de pino y policromada. Los trabajos de restauración, que han tenido un plazo de once meses, han contado con un presupuesto de 24.000 euros.
Las imágenes de los santos fueron concebidas en origen para el Camarín del Retablo Mayor de la Iglesia del Monasterio de la Exaltación del Santísimo Sacramento de Murcia (Clarisas Capuchinas). En ellas, Francisco Salzillo expresó el carácter alusivo y contemplativo de la escena sin olvidar todos aquellos resortes de la religiosidad del Barroco, vinculados a la escenografía, la tensión dramática y la expresión mística.
El director general de Bienes Culturales ha explicado que los trabajos de restauración han puesto de manifiesto la presencia de las técnicas escultóricas y los materiales empleados por Salzillo, "lo que, además de confirmar una autoría que ya era conocida, viene a enriquecer el conocimiento que tenemos sobre la forma de trabajar del escultor".
La intervención comenzó con un estudio científico compuesto por un examen radiográfico, toma de muestras para su posterior análisis químico, fluorescencia ultravioleta y realización de endoscopias.
El principal problema de conservación de las imágenes se encontraba en su interior, en la propia técnica ejecutoria de Francisco Salzillo, más concretamente en el encolado de las maderas que conforman las tallas, además de problemas de grietas que ya el mismo Salzillo tuvo que solucionar sobre la marcha de modo puntual como se ha podido comprobar mediante el estudio endoscópico.
También es destacable el estado de la policromía original, en algunas zonas "excesivamente barrida" a consecuencia de limpiezas extremas y, en otras zonas con repintes.
La intervención de las obras comenzó con la eliminación de todas las aportaciones no originales aplicadas en las últimas restauraciones. Posteriormente se realizó un tratamiento de sellado de las grietas existentes, rellenando las aberturas con una madera mucho más blanda que la original en vez de yeso, que había sido el material utilizado hasta la fecha en distintas intervenciones y que tan mal resultado había dado.
Tras la limpieza se aplicó un barnizado intermedio de la pieza con el fin de nutrir la superficie polícroma, continuando con la reintegración cromática diferenciada realizada con pigmentos aglutinados en resinas acrílico-cetónicas, usando la 'técnica del regatino' como elemento diferenciador.
Para finalizar la intervención, las imágenes fueron barnizadas para proteger tanto la policromía original como las reintegraciones cromáticas, aislando la capa pictórica de los agentes externos.
