MURCIA, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los regantes del acueducto Tajo-Segura consideran que el aumento de las reservas de agua en Entrepeñas y Buendía de 240 a 400 hm3, recogido en el borrador del Plan Hidrológico de la Cuenca del Tajo, son "una imposición", aunque señalan que lo aceptan si la demanda es real, "pero no arbitrariedades".
Tras lo que afirman que afecta de manera importante pero "no supone una herida mortal", que presentarán alegaciones y negociarán una lista de compensaciones, que pasan por sacar el trasvase y las reglas del Plan del Tajo o quitar las restricciones que se impusieron en el mandato de Cristina Narbona.
Así lo ha explicado en rueda de prensa el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), José Manuel Claver, quien ha asegurado que "el trasvase va a continuar", y a ello se ha comprometido el ministro Arias Cañete, al tiempo que ha indicado que los regantes "no somos intransigentes, queremos jugar limpio" y hoy en día "la desalación no es una alternativa viable para el regadío", por lo que es "fundamental salvaguardar el trasvase".
Está claro que los 400 hectómetros cúbicos son una "baza" en el marcador de Castilla La-Mancha y que son una "losa" para Murcia pero, ha advertido, "el partido acaba de empezar", tras lo que ha recordado que después viene el Plan del Segura, "que arrojará un déficit", y asegurado que se siente respaldado por el Gobierno regional y los murcianos en la defensa del acueducto Tajo-Segura, "aquí no hay diferencias de partidos, esto es territorial".