11-M.- El agente italiano reconoce que El Egipcio no contactó desde Milán con ningún acusado por los atentados

Actualizado: lunes, 7 mayo 2007 20:45

MADRID, 7 May. (EUROPA PRESS) -

El abogado defensor de Rabei Osman El Sayed, alias "Mohamed El Egipcio", Endika Zulueta realizó esta tarde al comisario de la División General de Investigaciones Especiales italiana (DIGOS), división policial especializada en la lucha contra el terrorismo, un exhaustivo interrogatorio en un intento por demostrar irregularidades y lagunas en la investigación sobre su defendido.

Así, el agente reconoció que "El Egipcio" no intentó contactar desde Italia con ninguna persona relacionada con los atentados de Madrid a partir de su llegada a Milán, en febrero de 2004. El testigo solo pudo señalar la existencia de una llamada fallida realizada el 7 de abril a Fouat El Morabit. En ese momento este acusado ya se encontraba encarcelado por su relación con los atentados del 11 de marzo en Madrid.

El comisario indicó que tampoco localizaron mensajes SMS o correos electrónicos a personas en España a durante ese periodo. Zulueta puso además de manifiesto la falta de contraste en Italia de las informaciones trasferidas por las autoridades de otros países como España, Francia o Estados Unidos. En el caso de las investigaciones españoles el letrado destacó los datos sobre la pertenencia de "Mohamed El Egipcio" a la Yihad Islamista de Egipto o su estancia en una prisión especial para delitos relacionados con el terrorismo.

El agente admitió que la policía italiana no llevó a cabo una investigación sobre informaciones dadas por otros países y no pudo confirmar estos aspectos.

POCO MÁS DE UN EURO

El testigo confirmó que "El Egipcio" se trasladó a Milán para residir en la vivienda del que iba a ser su cuñado y que vivió en esta casa de la calle Cadore en compañía de dos personas de origen árabe que no tenían vinculación alguna "con el radicalismo". No abandonó Milán en ningún momento desde su llegada y llevaba una vida rutinaria con escasez de relaciones con otras personas.

Así indicó que al margen de su labor de adoctrinamiento del joven Yahia, por la que ha sido condenado en Italia, la División no puede asegurar que Osman El Sayed se dedicara a preparar a muyaidines para ser enviados a Irak.

Zulueta hizo hincapié en la escasez de recursos de su defendido y preguntó al policía italiano sobre la cantidad de dinero que se le incautó en el momento de su detención. El agente admitió que le encontraron 1,70 euros.

El letrado preguntó también qué entidad puede tener una persona considerado "maestro" cuando cuenta con un sólo discípulo. El testigo no pudo contestar.

El defensor de "Mohamed El Egipcio" inquirió sobre las autorizaciones con las que contaba la División para realizar las escuchas e insistió en la posible carencia de un permiso para acceder al domicilio con objeto de colocar los micrófonos. El agentes respondió que el juez encargado de la causa admitió las escuchas ambientales en las que queda implícito el permiso para entrar en la casa.

Explicó que los métodos para lograr introducirse en pisos son muy variados y que en la mayoría de las ocasiones se obtiene una segunda copia de la llave de la puerta de entrada.

PURA FANTASÍA

En cuanto a la credibilidad de las afirmaciones realizadas por "Mohamed El Egipcio" en sus conversaciones telefónicas o ambientales en relación a su participación en los atentados del 11-M Zulueta preguntó sobre la existencia de contrastes de las mismas y los motivos para no calificarlas de "pura fantasía". "Para mi Rabei Osman es una persona muy creible", aseguró el testigo.

El defensor puso varios ejemplos de historias relatadas por su cliente a su discípulo Yahia y demandó al agentes explicaciones sobre la posibilidad de que estas fueran ciertas o falsas.

Así explicó que contó a Yahia que en España ganaba 2.000 euros al mes e incluso había jornadas en que conseguía 1.000 euros al día. También le dijo que tenía un sistema por el que conseguía cambiar sus huellas dactilares cuando él quisiera o que tenía un amigo en Holanda que había logrado dañar todos los ordenadores del mundo.

En cuanto a la referencia a un "secador de pelo mortal" con el que se conseguía matar a cualquiera únicamente orientando el aire, Zulueta preguntó si se localizó algún aparato similar en el registro. El agente negó que se localizara nada similar en el registro.