BARCELONA, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
El polémico anuncio del PSC donde advierte del riesgo de morir por los recortes sanitarios ha animado en Cataluña una campaña tranquila sin promesas inesperadas, centrada en mensajes previsibles sobre la crisis económica y medidas para salir de ella.
Pese a la campaña de guión que este viernes alcanza su ecuador, por ahora los grandes interrogantes no están despejados: digan lo que digan los sondeos, la participación determinará por dónde se decanta la balanza.
Según fuentes consultadas por Europa Press, si la participación rondase el 60%, ello significaría que la izquierda consigue movilizar un electorado que, según indican los sondeos, está apático, por lo que habría hecho los deberes y el PSC ganaría las elecciones con comodidad.
Si no se alcanza, se romperá el esquema que ha guiado el mapa político catalán desde la Transición, con victorias del PSC en las generales, y la incógnita es si CiU logrará movilizar a su electorado fiel --a quien motivan más las autonómicas que las legislativas--o bien si es el PP quien consigue seducir a más votantes ante la idea del "cambio" que promueve Rajoy.
El resultado determinará la evolución del mapa político catalán y español en los próximos meses, ya que una victoria clara del PSC no sólo daría oxígeno a la actual cúpula del partido ante el congreso que reelegirá líder, sino que reforzaría las opciones de Carme Chacón para liderar el nuevo PSOE.
En el caso de CiU, quedar en tercera posición debilitaría al Gobierno catalán de Artur Mas y también a la figura de Josep Antoni Duran, y pondría en una difícil tesitura la viabilidad de su mayor propuesta electoral: una nueva financiación catalana que equipare esta comunidad al modelo foral vasco y navarro.
En el PP, un buen resultado también iría acompañado de varias incógnitas a despejar: ¿Alicia Sánchez Camacho permanecerá en Cataluña, o bien ocuparía un ministerio? ¿Seguirá liderando el partido? ¿Entrará el PP en el gobierno municipal de Barcelona? ¿Continuará apoyando a CiU en el Parlamento catalán, votándole unos presupuestos para 2012 marcados por austeridad y recortes?.
Que ERC lograra mantener sus tres escaños o mantiene los dos por Barcelona, también se interpretaría como una buena noticia para la actual dirección, en manos del debutante Oriol Junqueras, mientras que en ICV-EUiA también se despejará el mayor interrogante: ¿Volverá a hacer grupo con IU o bien se alineará con Compromís y eventuales diputados de Equo para constituir un nuevo grupo de izquierda verde?.
MENSAJES PREVISIBLES
El PSC ha hecho de los recortes sociales el centro de una campaña muy tranquila, con pocos actos, a diferencia de las municipales, donde Jordi Hereu llegaba a hacer hasta cinco o seis actos públicos al día.
Chacón está teniendo poco protagonismo, en parte también por su agenda de ministra, ya que este lunes se desplazó a Afganistán tras la muerte de un militar del contingente español.
El pacto fiscal y la economía han sido las bazas del discurso de Duran, que postula a CiU como alternativa ante un PSOE y un PP que, a su juicio, sí que se ponen de acuerdo cuando es necesario para ir contra Cataluña.
Consciente de que los socialistas son la primera fuerza en Cataluña y de que CiU puede perder la segunda posición, Duran no ha escatimado los reproches a Chacón, por sus "demagógicas" críticas a los recortes del Gobierno catalán y responsabilizándoles del agujero económico que dejó el tripartito de José Montilla en la Generalitat.
El PP se ha centrado en la economía y el empleo, como prueba su agenda, donde todos sus actos sectoriales ha tenido como protagonista estos temas, entre los que destacan los que ha mantenido con pequeños y medianos empresarios y autónomos, a quienes, como suele repetir el candidato Jorge Fernández, el Gobierno de Mariano Rajoy les pondrá "una alfombra roja" y les dará más facilidades.
Entre los populares se respira una euforia contenida ante una victoria de Rajoy que consideran cercana, después del cara a cara televisivo del lunes, por lo que en la segunda parte de la campaña, intentarán que nada les descentre y les obligue a modificar un ápice en su hoja de ruta en esta campaña: economía, economía y más economía.
Alfred Bosch (ERC) ha centrado su primera mitad de campaña en postularse como opción netamente independentista ante el "pactismo" de CiU con Madrid, aunque mantiene un discurso ambiguo sobre el concierto económico: por un lado lo ve prácticamente imposible ante la casi segurísima mayoría "absolutísima" del PP mientras por otro lo ve indispensable.
Joan Coscubiela (ICV-EUiA) ha puesto toda su carne en el asador postulando a los ecosocialistas como opción "nítidamente de izquierdas" que se opone con fuerza a los recortes de socialistas.
Prudente pero espoleado por los tres diputados que le da el CIS, el ex sindicalista de CC.OO. de Cataluña ha enfatizado en propuestas vinculadas a la regeneración democrática con tal de atraer a "indecisos y a los indignados con socialistas y populares".
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