Asegura que el bipartito en su conjunto "respeta escrupulosamente" el código ético impuesto para la campaña electoral
RIBEIRA (A CORUÑA), 23 May. (EUROPA PRESS) -
El secretario general del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, confió hoy en que las elecciones municipales sirvan para "acabar con los tramposos" que recurren a prácticas irregulares como las de "inflar censos" y que, según él, "retrotraen al túnel del tiempo que Galicia dejó atrás hace dos años", con el acceso al poder del bipartito en la Xunta. "Los ciudadanos toman nota y votarán en la dirección de acabar con los que hacen trampas en la vida política", advirtió.
En declaraciones a los medios de comunicación durante una visita al Ayuntamiento de Ribeira (A Coruña), Touriño declaró que la "responsabilidad" en este tipo de comportamientos recae "en quien los comete" y lamentó que el PP esté "empeñado en inflar censos y hacer trampas, empezando por la Alcaldía de Ourense y siguiendo por otras", en referencia al censo de 16 personas en la residencia del candidato a la reelección en la ciudad de las Burgas, Enrique Nóvoa. "Este tipo de prácticas retrotraen al túnel del tiempo que dejamos atrás", insistió.
Así, reivindicó la "Galicia de futuro" y repitió que la comunidad "rechazó hace dos años el túnel del tiempo de esa galería de figuras ilustres de la historia que trae a sacar a paseo el PP". "Queremos progreso, eso quieren los gallegos", aseveró, tras lo que advirtió de que la ciudadanía "toma nota y votará en la dirección de acabar con los que hacen trampas en la vida política".
Además, lamentó que la oposición aproveche la campaña para agitar los "fantasmas del pasado y sacar a pasear un día sí y otro también el miedo y los peores sentimientos y valores", en alusión a las declaraciones de antiguos dirigentes del partido, como José María Aznar, Manuel Fraga o la ex ministra de Sanidad Ana Pastor. "Pareciera que se quedaron atrapados en el túnel del tiempo", reiteró una vez más el líder del PSdeG, quien vio al PPdeG "incapaz de proyectar un proyecto de futuro para el país".
CÓDIGO ÉTICO
Por contra, reivindicó el "cambio importante" promovido por su Gabinete en Galicia, donde por primera vez la Xunta ha asumido un código ético bajo el que actuar en campaña electoral y que, según él, el bipartito en su conjunto está "respetando escrupulosamente". En este sentido, recordó que desde que se inició la carrera por el 27 de mayo "no hay cortes de cintas, ni inauguraciones de obras públicas ni de dependencias".
"Eso es lo que estamos haciendo en el Gobierno y en una misma dirección", proclamó, tras lo que recordó que "los conselleiros no van en coche oficial ni utilizan fondos públicos en campaña" y, en consecuencia, proclamó que el "cambio importante" experimentado en la comunidad tras la alternancia política "se ve en todo y cada día".
Al respecto, y frente a la costa de un PP "empeñado en destruirla, especular y apropiarse de ella", reivindicó que actualmente hay una protección que "se llama cambio" y, de igual modo, añadió que "hay un presidente que se somete a control" en virtud de "una nueva conducta" basada en "dar la cara". Así, tras la polémica generada por el debate televisivo entre candidatos del 27-M, al que concurrieron los líderes de los otros dos partidos, Touriño aprovechó hoy para precisar que participará "en cada debate autonómico, lo que nunca se hizo en este país".
O BARBANZA
El secretario general del PSdeG realizó estas declaraciones en el transcurso de una visita a los principales municipios de la comarca de O Barbanza, donde transmitió "un mensaje para el futuro" en núcleos como Ribeira, uno de los bastiones principales del PP, donde realizó una visita en la que, entre otras instalaciones, visitó el mercado municipal de abastos, donde los comerciantes denunciaron el estado de las dependencias. "Es una vergüenza", gritó una mujer al paso del dirigente socialista.
El propio Touriño confirmó que el candidato del PSdeG, José Vicente Domínguez, le había asegurado que era una de las principales necesidades de la localidad, desde la que se trasladó hasta la parroquia de Cabo da Cruz, en Boiro, donde se comprometió a construir un puerto deportivo y afrontar la depuración de las aguas, demandada por un grupo de vecinos con quienes mantuvo un improvisado encuentro.
