El 33% de los gitanos vive de la venta ambulante reglada en mercadillos, frente al 21% que vende ilegalmente

Actualizado: jueves, 6 diciembre 2007 14:48


SEVILLA, 6 Dic. (EUROPA PRESS) -

El 33 por ciento de los gitanos que viven en Sevilla se dedica a la venta ambulante reglada en mercadillos municipales, frente al 21 por ciento de esta población que vende en puestos ambulantes pero de manera ilegal, según se desprende del estudio 'Los gitanos y la venta ambulante. Una economía étnica sumergida', del profesor de la Universidad Pablo de Olavide Ignacio R. Mena Cabeza, publicado por el Centro de Estudios Andaluces.

Dicho estudio, al que tuvo acceso Europa Press, apunta también que el 13 por ciento de este colectivo se dedica a la actividad de temporeros agrícolas, seguido del once por ciento que está desempleado. Otro diez por ciento vive de la economía informal (chatarras, cartones o cobre), un seis por ciento son asalariados estables y el restante seis por ciento se incluyen anticuarios, artistas flamencos, feriantes o loteros, entre otros.

Estas cifras reflejan que la actividad principal familiar es la venta ambulante. Así, la mayoría de los gitanos que se dedican a esta cuestión cuenta con licencias y permisos fiscales, administrativos y municipales, aunque otros siguen optando por la venta ambulante no reglada o, parcial o temporalmente, (en las proximidades de los mercadillos, en determinadas calles populosas o en furgonetas que recorren pueblos), pese al riego real de la pérdida y decomiso de la mercancía al que se enfrentan.

La siguiente ocupación en orden de importancia es la de temporeros agrícolas. Tanto la movilización de toda la familia como la disponibilidad para el desplazamiento a localidades lejanas del domicilio en ciertos períodos, suponen una estrategia económicamente rentable.

EL 43% DE LOS VENDEDORES SON GITANOS

La identidad étnica de los vendedores ambulantes en los mercadillos de la capital hispalense actualmente es un su mayoría gitana, concretamente el 43 por ciento. Le siguen blancos (39%), subsaharianos (6%), latinoamericanos (5%), magrebíes (6%) y otros (2%).

En el conjunto de Andalucía se encuentran ubicados un total de 841 mercadillos y 38.688 puestos ambulantes, los cuales generan un total de 86.037 puestos de trabajo. Por provincias, la que dispone de más mercadillos es Granada con 185 (4.982 puestos de venta y 10.770 puestos de trabajo.

Le siguen Málaga (129 mercadillos, 7.310 puestos y 16.171 empleos); Sevilla (109 mercadillos, 5.485 puestos y 11.715 empleos); Almería (101 mercadillos, 5.537 puestos y 11.049 empleos); Jaén (99 mercadillos, 4.938 puestos y 11.977 empleos); Córdoba (85 mercadillos, 3.533 puestos y 8.629 empleos, y finalmente, Cádiz (62 mercadillos, 5.537 puestos y 11.049 empleos).

Por otro lado, según apunta este análisis que la vida laboral de los gitanos es más prolongada, de los 16 a los 64 años, frente al resto de andaluces que lo hacen entre los 25 y 59 años. Además, el desempleo afecta más a la población gitana que a la española, con una tasa global del 13,8 por ciento, frente al 10,4 por ciento de los españoles.

COMERCIO AMBULANTE, EN PELIGRO

De este modo, según apunta este estudio, los gitanos andaluces encontraron en el comercio ambulante reglado en mercadillos una vía de acceso a la integración, formalidad y regularización creciente del sector. Si bien, en los inicios de este nuevo milenio dicha tendencia parece "amenazada" y "condenada a la desaparición" por nuevos procesos económicos y sociales que si no encuentran pronto un cauce integral óptimo, solidario y participativo, pueden "truncar" las esperanzas de muchas familias gitanas.

Entre dichas amenazas este experto destaca la falta de acceso generalizado a los cauces normales de formación laboral; los nuevos hábitos de compra de los consumidores en las grandes superficies que conjugan ocio y consumo o en los bazares, factorías y tiendas "todo a cien"; la penetración de mercancías orientales o los límites y trabas administrativas y espaciales por parte de los Ayuntamientos al desarrollo de los mercadillos.

Asimismo, otras de las adversidades con las que este colectivo se encuentra son la paulatina desregularización del sector del comercio ambulante hacia forma marginales de venta callejera informal (top-mantas); limitaciones en cuanto al horario de los mercadillos; restricciones hacia los artículos, especialmente alimenticios; inadecuación de los lugares donde éstos se celebran; limitaciones a la ampliación de mercadillos y número de puestos y la inexistencia de ayudas o subvenciones hacia el sector.

Finalmente, el estudio también subraya el escaso número de asociaciones y de cooperativas de vendedores ambulantes, el aumento de la competencia entre comerciantes y la escasa participación y capacidad de movilización.

En definitiva, este análisis cuestiona la percepción el autoempleo comercial no sedentario de los gitanos como fenómeno anómalo, preindustrial, marginal y condenado a la desaparición y lo vincula a la vitalidad de estrategias económicas subalternas adaptadas y diversificadas tanto al precapitalismo como a la globalización actual.