BARCELONA 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia de Barcelona ha absuelto por trastorno psicológico al hombre juzgado por agredir a un mosso d'Esquadra y que resultó herido de bala por otro agente en la perrera municipal de Barcelona en enero de 2008. También ha absuelto al mosso del intento de homicidio del que le acusaba el abogado del enfermo mental al considerar que disparó en defensa propia.
La Fiscalía pedía cuatro años de cárcel para el individuo por lesiones, daños y atentado a la autoridad, así como la absolución del agente.
El tribunal considera probado, debido a los informes periciales psicológicos, que el agresor tenía un trastorno psicótico breve que anulaba totalmente sus facultades mentales. Debido a que la Fiscalía no pidió su internamiento psiquiátrico, los magistrados decretaron la libertad del procesado, aunque deberá indemnizar a sus víctimas por los daños y lesiones causados.
Durante la vista oral del juicio, el agresor del mosso dijo no recordar nada, mientras que el agente reiteró que actuó para defenderse a él y a su compañero.
La Audiencia considera probado que a las 6.30 horas del 8 de enero, Mihaita B., de origen rumano, fue al Centro de Acogida de Animales Domésticos del kilómetro 3,8 de la carretera de L'Arrabassada y empezó a llamar al interfono.
El guarda, Eladio A.L., que vivía allí junto a su mujer, le dijo que todavía no era horario de apertura al público, y más tarde desconectaron el timbre para evitar que Mihaita B. les siguiera molestando. El acusado se sentó junto a la puerta y aprovechó que, sobre las 7.50 horas, otro empleado llegó con su coche al centro para entrar detrás suyo.
El intruso dio un puñetazo al trabajador mientras gritaba en rumano, y la víctima se fue corriendo de la perrera perseguido por Mihaita B., que regresó al recinto.
Instantes después, el rumano vio que empleados del centro le miraban desde la puerta, por lo que se encaramó a ella y les amenazó y lanzó piedras hasta que llegó una patrulla de Mossos d'Esquadra.
Los agentes entraron y, al encontrar a Mihaita B. gritando y con "dos gruesas cadenas enrolladas en las manos", intentaron tranquilizarlo "verbalmente y por signos". Sin embargo, al ver las armas, el procesado cogió una pala de hierro y se dirigió a los agentes blandiéndola.
"A fin de protegerse, los mossos sacaron las defensas" mientras le pedían que abandonara su actitud y retrocedían para mantener una distancia segura, hasta que se encontraron a 12 metros de la puerta. Mihaita B. cogió la pala con las dos manos e intentó golpear al agente ahora procesado, R.P.M., que paró el golpe con su porra.
El mosso, "con la intención de distraer a su atacante", se colocó detrás de éste, aunque Mihaita B. le ignoró e intentó golpear al otro mosso, que sólo pudo evitar que le diera en la cabeza poniendo el brazo.
Al ver a su compañero "aturdido" en el suelo y "ante la posibilidad de ser golpeado de nuevo", R.P.M. sacó su pistola y disparó una vez, dándole en el brazo y el glúteo.
No fue hasta el segundo disparo --que le perforó la vejiga y se alojó en el muslo-- que Mihaita B. dejó de atacar, aunque los agentes necesitaron la ayuda de dos personas más para esposarle a causa "del enorme grado de excitación que presentaba".
El herido fue trasladado al Hospital Vall d'Hebron, mientras que el mosso agredido sufrió un hematoma en el brazo izquierdo.
El titular del Juzgado de Instrucción número 22 de Barcelona le retiró la pistola a R.P.M. y lo inhabilitó para llevar el arma reglamentaria mientras durara el proceso judicial, a petición del abogado del rumano herido.