Absuelven al churrero de Martos (Jaén) de violar a su mujer y le condenan por maltratos habituales

Actualizado: martes, 6 mayo 2008 16:43

JAÉN, 6 May. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Jaén ha absuelto al churrero de la localidad jiennense de Martos de violar a su mujer y le condena por un delito de maltrato habitual cometido contra ella así como maltrato en el ámbito familiar.

Fuentes de la acusación particular consultadas por Europa Press explicaron que la condena se ha quedado en unos 36 meses de prisión para este hombre, que también tendrá que indemnizar a la víctima con la cantidad de 5.000 euros.

En el juicio, que se celebró el pasado 29 de abril, el condenado, que se encuentra en prisión desde junio de 2006, negó todos los delitos que se le imputan. "No he insultado ni agredido a mi mujer jamás, sería incapaz de hacerlo", aseguró entonces, para insistir en que tampoco la amenazó y la violó: "Las relaciones sexuales siempre fueron con su consentimiento, nunca lo hubiera hecho si se hubiera opuesto. Lo hice con todo el amor y el cariño que lo pude hacer el mismo día en que se quedó embarazada".

Así, y después dejar claro que siempre actuó "con educación y respeto", Antonio T.J. resaltó la "prepotencia" en la forma de ser de su esposa, de la que, según añadió, él sí recibió "insultos y faltas de respeto", incluso, en casa de sus suegros.

Sobre la tenencia de armas en su casa --entre las que figuraban una ballesta, una carabina de aire comprimido, una escopeta, varios cuchillos, puntas de flechas y diversas municiones--, comentó que su mujer "tenía conocimiento" de ello y que las guardaba por ser "un ignorante y un tonto" para ponerlas como ornamentación en el cortijo de su propiedad. "Podía haber colgado un jarrón", apuntó.

El procesado y la víctima --que declaró en la vista a puerta cerrada-- se casaron en 2003 y fijaron su domicilio en Martos, fruto de esa unión ambos son padres de un menor que nació ese mismo año. Tal y como se refleja en el escrito inicial de calificaciones del ministerio fiscal, el condenado trató tanto a su mujer como a su madre con "violencia y desprecio" durante todo el tiempo en el que vivieron juntos. Así, afirma que "con frecuencia" golpeaba a su madre, a quien le daba tirones en el pelo y "metía a la fuerza en la bañera amenazándola con ahogarla".

De igual modo, expone que a su mujer solía amenazarla con que iba a cortarle el cuello o a pegarle un tiro e incluso con que iba a quitarle a su hijo. Además, subraya que ambos trabajaban en la churrería, pero que él cogía su sueldo y también el que le correspondía a la mujer, algo que Antonio T.G también negó "ya que siempre fue con el consentimiento de ella", al igual que rechazó, como sostiene el fiscal, haberla "anulado totalmente" y hacerla sentir "como un bulto".