MÁLAGA 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
La acusación particular elevó hoy a 22 años la petición de cárcel para un preso del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre, acusado de matar a su compañero de celda de 72 años de edad, al que presuntamente agredió con un palo de escoba con el que le atravesó el cuello y parte del abdomen, según informaron fuentes del caso.
Esta parte, personada en representación de las hermanas del fallecido, considera los hechos constitutivos de un delito de asesinato. Según indicaron a Europa Press las fuentes, el incremento de la pena solicitada se argumentó en los informes finales en que hubo alevosía además de enseñamiento.
El fiscal mantuvo la misma tesis por la que consideraba los hechos como un homicidio y solicitaba una pena de 14 años de prisión, según señalaron, mientras que la defensa sostuvo la libre absolución y calificó alternativamente de homicidio, pero entendiendo que se da una eximente de alteración mental o atenuante muy cualificada, pidiendo cinco años de prisión y dos de internamiento.
Los hechos sucedieron en marzo de 2006. El acusado negó en su declaración ante el jurado popular haber cometido el crimen y aseguró que despertó y vio ya la sangre en la habitación y a su compañero herido con los palos de una escoba clavados. No obstante, dijo que no vio a nadie y que no oyó abrirse la puerta de las dependencias.
El procesado, que estaba en esos momentos cumpliendo condena por agresión sexual y lesiones, relató que aquella noche despertó lentamente porque tomaba pastillas para dormir, y vio la sangre, por lo que llamó a los funcionarios "pidiendo auxilio", diciendo que había un hombre herido, llegando, incluso, a quitarle uno de los palos que la víctima tenía clavado en el hombro y que murió meses después en el hospital.
Negó que pusiera una cama en la puerta para impedir que los funcionarios de prisiones entraran, que eran los únicos que tenían llaves, así como que tuviera malas relaciones con la víctima, tal y como aseguran las acusaciones en sus escritos, en los que se precisa que el fallecido llegó a pedir en varias ocasiones que le cambiarán de celda por "los frecuentes enfrentamientos" con el acusado y por tener una convivencia "difícil".
Según el escrito del fiscal, el procesado agredió a su compañero por esos problemas y, con "la intención de acabar con su vida", utilizó para ello un palo de escoba que partió en dos y que le clavó en numerosas ocasiones. Tras esto, limpió la sangre, se cambió de ropa, se deshizo de ella y simuló que padecía un ataque de locura.
Luego, los funcionarios se dieron cuenta de que el hombre tenía sangre en los zapatos y fueron a la celda, donde constataron que la víctima estaba gravemente herido, según las conclusiones a las que tuvo acceso Europa Press. El fallecimiento se produjo a consecuencia de la agresión en mayo de ese mismo año.