La acusada de matar a un traficante declara en Cantabria que fue el otro procesado quien le apuñaló

Actualizado: lunes, 15 enero 2007 20:02

Juan Carlos U.L. afirma que no conocía al difunto y Elisa R.G. asegura que éste llegó "ensangrentado" la noche de autos

SANTANDER, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -

Elisa R.G., acusada de un delito de homicidio junto a Juan Carlos U.L., ha declarado hoy ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria que fue éste quien apuñaló a su traficante de drogas, Rogelio Valdés, acabando con su vida la madrugada del 24 de junio de 2005.

Por su parte, Juan Carlos U.L., -quien en 1991 fue condenado a 12 años de cárcel por la muerte de Francisco J. Prellezo en la calle de Río de la Pila, en otro conflicto relacionado también con drogas-, negó los hechos, afirmando que "no conocía" al difunto, Rogelio Valdés, de raza gitana y 38 años de edad, y que la noche de autos se limitó a acudir a la ermita de Santa Lucía, ubicada junto a la gasolinera de El Empalme (en Peñacastillo), para comprar la droga y marcharse.

Frente a la tesis de la Fiscalía de que ambos procesados fueron juntos en coche sobre las seis de la madrugada provistos de un cuchillo, hasta Peñacastillo, apuñalando Juan Carlos a Rogelio, mientras que Elisa le esperaba para darse juntos a la fuga, la mujer aseguró hoy que a esa hora ella se encontraba en su casa, en la calle Alta.

Así, Elisa aseguró que ella fue la noche del 24 de junio a comprar drogas a Rogelio, pero que a las seis de la mañana se encontraba en su casa, saliendo solo Juan Carlos a comprar estupefaccientes a las seis de la madrugada, regresando "a los quince minutos" portando "un cuchillo", "sangrando por un dedo" y "con un hematoma".

Elisa afirmó que Juan Carlos le había quitado el cuchillo de su casa sin que ella se diera cuenta, pues éste acude con regularidad al domicilio de la calle Alta, donde guarda también "armas, katanas", e incluso "una arma en la lavadora".

Preguntado Juan Carlos por los presentes en ese momento en la casa, todos "drogándose", qué había pasado, según Elisa éste respondió que le había asestado "una puñalada" al 'camello' y que pensaba que "le había matado".

Fue al día siguiente cuando "varios gitanos" la llevaron hasta La Maruca para preguntarle quién había matado a Rogelio, confesándoles ella que fue "Juan Carlos", por lo que decidió ir con los ellos a la Policía a declarar lo sucedido.

Juan Carlos le reprochó a Elisa haber cambiado de declaración "varias veces", asegurando ante el jurado popular que "no conocía" al difunto, aunque "sí le distinguía", negando cualquier tipo de enfrentamiento entre ambos.

SE HIZO EL HEMATOMA AL GOLPEAR SU COCHE

Juan Carlos afirmó a la Sala que el hematoma que presentaba en la mano esa noche se lo hizo al golpear "el cristal" de su coche, y que él se limitó a acudir, junto a Elisa, esa madrugada a Peñacastillo a comprar la droga a Rogelio, sin que pasara nada más.

Además, el procesado denunció que la propia Elisa le dijo por carta cuando ambos estaban en prisión preventiva que un grupo de gitanos la habían amenazado poniéndola "una pistola en la boca" para que le echara a él las culpas.

Mostró, además, ante el jurado "40 ó 50 cartas" de amor que recibió en la cárcel de Elisa, a lo que ésta contestó que sólo "le seguía el rollo" porque él también se las escribía a ella.

El Ministerio Público solicita 10 años de prisión para Elisa y 15 años para Juan Carlos U.L., al aplicar el carácter de reincidencia, y el pago de una indemnización conjunta de 120.000 euros para los cuatro hijos de Rogelio.

La abogada de Elisa indicó por la mañana en el juicio que en el vehículo del fallecido "no había ninguna huella de mi representada", sino de "su hermana", la que "está desaparecida desde el día de los hechos".

Por su parte, el letrado de Juan Carlos echó en cara también a Elisa que ha presentado hasta "siete declaraciones distintas", a lo que la abogada de ésta respondió que fue debido a "los efectos de las drogas", encontrándose ya "rehabilitada".

El juicio continuará mañana, a partir de las 10.00 horas, con el turno de los testigos, algunos de los cuales se encontraban en la casa de Elisa consumiendo drogas la noche de autos.