El acusado de coser a puñaladas a un sastre en Viladecans (Barcelona) asegura que lo asesinó un tercero

Actualizado: lunes, 27 septiembre 2010 20:52

Quedó encerrado en el taller con el cuerpo hasta que llegó el hijo de la víctima

BARCELONA, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -

El acusado de asestar 56 puñaladas a un sastre en Viladecans (Barcelona) después de pasar la noche de copas con él asegura que se durmió en el taller mientras un tercero acuchillaba a la víctima. "Estaba durmiendo en la cama cuando cayó a mi lado mientras Karim le apuñalaba", ha explicado.

Según el acusado que ha testificado este lunes frente al jurado popular en la Audiencia de Barcelona, el 16 de diciembre de 2006 se encontraba en un bar de la Rambla cuando la víctima entró con dos amigos y le invitaron a beber. "Me invitaron a ir de copas con ellos a la discoteca Arena y me lo pagaron todo".

El acusado, Nabil B., que había tomado cinco pastillas tranquilizantes y varias copas, aceptó la invitación del sastre y lo acompañó a su taller de confección donde intentaron practicar sexo pero no pudieron debido a su estado de embriaguez, por lo que abandonaron el local y fueron a un bar a tomar más copas.

De vuelta al taller, según el acusado, se encontraron con un hombre que conocía a la víctima, que les acompañó hasta el taller. "Escuché que hablaban de una deuda de dinero y por la conversación supe que tenían una relación", ha declarado. Después se echó a dormir en una habitación al fondo del taller.

Mientras dormía, escuchó un ruido y se despertó viendo como Karim apuñalaba a la víctima repetidas veces en el pecho. "Intenté detenerlo, me tiró al suelo, me golpeé la cabeza y perdí el conocimiento", aclaró.

Cuando despertó, se encontró encerrado en el local con la víctima todavía viva y permaneció en el interior hasta que el hijo del sastre abrió la persiana. "Le dije dónde estaba su padre y fui a casa de mi mujer a dormir, hasta que me detuvo la policía", ha expuesto.

Según el escrito del fiscal, fue Nabil B. quien se acercó a la víctima de 54 años que se encontraba en una discoteca en compañía de unos amigos y entabló conversación y fue él mismo quien empuñó un "objeto cortante provisto de filo y punta" y le asestó más de cuarenta puñaladas, una de las cuales le causó la muerte al cortarle la yugular. Después, le robó un reloj, un teléfono móvil, unas llaves y otros efectos personales.

La víctima estaba desnuda y desprevenida, y el supuesto agresor le asestó las puñaladas mientras aún estaba con vida, por lo que el fiscal pide 25 años por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento; cinco años por un delito de robo con violencia y una indemnización para los familiares de la víctima de 60.000 euros.