Acusado de degollar a su novia en Jaén alega que no quería matarla y que se clavó el cuchillo en un forcejeo

Actualizado: lunes, 26 mayo 2008 17:05

JAÉN, 26 May. (EUROPA PRESS) -

El joven acusado de degollar a su novia cuando ella se encontraba trabajando en un pub de Úbeda (Jaén) alegó hoy que nunca tuvo intención de matarla y que, en todo caso, fue ella quien cogió el cuchillo iniciándose un forcejeo entre los dos durante el que "pudo ser" que se le clavara este arma en el cuello.

En el juicio, que se celebra desde hoy en la Audiencia Provincial de Jaén bajo el procedimiento del Tribunal de Jurado --integrado por cinco mujeres y cuatro hombres--, el acusado se negó a responder a las preguntas del ministerio fiscal, la representante de la Abogacía del Estado y de la acusación particular, con lo que únicamente contestó al interrogatorio que le hizo su letrado.

A preguntas por tanto de la defensa, el procesado, identificado como Juan Ángel M.Y., explicó que el día de los hechos, el 20 de diciembre de 2006, consumió dos jarras de cerveza y también cocaína. Así, especificó que cuando llegó al pub donde murió la joven ella estaba hablando con otra persona a la que le estaba diciendo que él era un "niñato", críticas que aseguró que fueron "muy dolorosas" para él porque se sintió "muy mal" ya que creyó que se estaba riendo a su costa.

Según relató, cuando esa otra persona abandonó el local le preguntó a ella que por qué había dicho eso y que ella reaccionó cogiendo el cuchillo, por lo que él le agarró la muñeca para que lo soltara, siempre según su versión. "En ese forcejeo se hizo sangre y se fue al baño y yo la seguí para hablar con ella sobre si seguíamos juntos o no", testificó. Una vez que estaban ambos en el cuarto de baño, el procesado afirmó que ella amenazó con pincharle y que "al intentar clavarle el cuchillo pude clavárselo en el cuello", con lo que sostuvo que todo se debió al forcejeo y que no sabía que la había herido "tan gravemente".

Acto seguido, indicó que se asustó y salió corriendo del pub, cuya puerta estaba cerrada si bien argumentó que él no la había cerrado, en contra de lo que mantienen las acusaciones. Tras pasar por su casa para cambiarse de ropa, se fue a otro bar sin saber nada más de la joven hasta que llegó una persona que le dijo que su novia estaba muerta y que le estaban buscando a él. Así fue como decidió volver al pub en el que había dejado a la joven y al llegar allí fue identificado por varias personas, lo que hizo que le detuviera la Policía.

Concluida su declaración, llegó el turno del primer testigo que en este caso fue el inspector jefe de la Policía Nacional de Úbeda, quien detalló que una mujer les llamó ese día diciéndoles que había visto salir del pub a un joven con un arma blanca y que entró para ver qué pasaba para descubrir el cuerpo de la camarera --que además era su amiga-- tumbado boca arriba en medio de un charco de sangre.

Este policía especificó que estuvieron inspeccionando el pub hasta que minutos antes de las 23.15 horas escucharon un murmullo en el exterior del local y que al enterarse de que el jaleo se debía a que había ido allí el novio de la joven salieron fuera para detenerle. Al principio, según recordó, el detenido no reconoció los hechos y culpaba a otra persona y no fue hasta el día siguiente cuando admitió haber apuñalado a la víctima. El testigo también aseguró que el imputado les dijo que había quemado la ropa impregnada con sangre y dónde lo había hecho así como que fue él quien cerró la puerta del bar.

Al ser preguntado sobre si en ese momento el joven presentaba algún signo o síntoma de haber consumido bebidas alcohólicas subrayó que delante suya no dijo en momento alguno que hubiera tomado alcohol y que únicamente le vieron "excitado". De igual modo, también garantizó que en esa primera declaración no dijo nada de que ella hubiera cogido el cuchillo al principio ni que las heridas se debieran a un forcejeo.

CALIFICACIONES PROVISIONALES.

El ministerio fiscal considera que Juan Ángel M.Y. es responsable de un delito de asesinato, ya que en este crimen hay alevosía y ensañamiento, y pide que sea condenado a 18 años de prisión e indemnice a los padres de la víctima en la cantidad de 180.000 euros. La acusación particular también califica estos hechos como un delito de asesinato por el que reclama 20 años y en el caso de que se encuadren como un homicidio exige 15 años de prisión y que indemnice a los padres con 200.000 euros.

Por su parte, la defensa entiende que solamente está probado que entre la víctima y el procesado se inició el 20 de diciembre de 2006 una "discusión amorosa" que acabó cuando el otro la agredió con un cuchillo provocándole la muerte, acción que califica como un delito de homicidio en el que aplica las circunstancias de arrebato e influencia del alcohol con lo que la pena que solicita cinco años de prisión.