OVIEDO, 27 May. (EUROPA PRESS) -
El joven, J. F. I. V., acusado de arrojar a su pareja por la ventana en el piso en el que convivían de Gijón negó los hechos relatados por la víctima y señaló que "ella en cuanto bebe alcohol y se mete una raya de cocaína se pone como una cabra". Esta versión es totalmente contradictoria con la declaración de la joven que manifestó que su novio "la intentó tirar por la ventana".
El procesado declaró hoy durante la vista oral que se celebró en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo y continuará mañana con los informes y las conclusiones de las partes. Durante la sesión de hoy declaró también la víctima, una compañera de piso que presenció los hechos, siete policías Nacionales que intervinieron en la detención y traslado del acusado y tres amigos de éste.
J. F. I. V. declaró que durante las horas anteriores a los hechos estuvo en la celebración de una Comunión de unos parientes de su pareja. Después de la celebración --comida y cena-- se desplazaron ambos junto a unos amigos a un bar. Allí, señaló el acusado, la víctima le pidió que se fuese a comprar un gramo de cocaína y él después de coger dinero de su bolso, accedió y se fue.
El acusado relató que cuando volvió al bar estaba ya cerrado y se dirigió a casa de su novia en la que llevaba viviendo cuatro meses junto a otras dos compañeras de piso. Una vez allí y al encontrarse la puerta principal cerrada, acudió por la puerta de un patio y tras tocar en la ventana de una vecina que le abrió logró acceder a la vivienda.
Según la versión del acusado fue la compañera de piso de su pareja la que abrió la puerta y se encontró a su novia vestida metida en la cama. Instantes después, según la versión del procesado, ella comenzó a insultarle y le lanzó una silla. "Cuando comencé a recoger mis cosas para irme ella me daba puñetazos en al espalda", apuntó.
El joven señaló además, por primera vez, que ella intentó clavarle un bolígrafo en el hombro y le prohibió el acceso al dormitorio. "Yo entré, la empuje y discutimos junto a la ventana. Ella me llamó maricón y me decía que no me atrevía a tirarla por la ventana", señaló el acusado.
El imputado reconoció que durante la celebración de la Comunión se bebió tres botellas de vino, seis cervezas, cinco copas de Champán, cinco o seis copas de ginebra, dos chupitos y se fumó cuatro porros y esnifó un gramo de cocaína.
Por su parte, la víctima relató que la noche de los hechos se fue a su casa "decepcionada" porque su novio se había ido y la había dejado sola. Cuando se encontraba en la cama escuchó insultos desde la calle que provenían de su novio y tocaba insistentemente al timbre, por eso, optó por bajar los plomos de la electricidad.
"ESTABA MUY VIOLENTO".
Minutos después, la joven relata que su novio estaba "aporreando" la puerta por lo que le abrió para no molestar a los vecinos. "Cuando entró estaba muy violento, como loco, y comenzó a insultarme", dijo y añadió que le lanzó una silla y la amenazó con matarla.
En ese momento la compañera de piso les pidió que cesaran con los gritos ya que ella tenía que trabajar al día siguiente a lo que el acusado, según la versión de la víctima, hizo caso omiso y prosiguió con los insultos y "destrozando cosas".
"Mi pareja me cogió por los pelos y mientras me sujetaba por la cintura me sacó medio cuerpo fuera de la ventana y amenazó con tirarme". En ese instante, apareció la compañera de piso que logró empujar al agresor y liberar a la joven. "Tenía muy claro que quería hacerme daño", resaltó.
La víctima negó que su pareja hubiese consumido grandes cantidades de alcohol durante la Comunión al igual que también negó que hubiese consumido cocaína ya que "se iba a someter a una prueba médica para entrar a trabajar en los astilleros".
LE TIRO EL MOVIL POR LA VENTANA.
Por su parte, la compañera de piso reforzó la versión de la víctima y añadió que, antes de irse, el acusado amenazó con agredir a su pareja con un cenicero y le tiró el teléfono móvil por la ventana cuando la víctima intentaba llamar a la policía. "La joven no decía nada estaba como ausente, impactada", apuntó su compañera de piso.
Los agentes de Policía que comparecieron ante el juez señalaron que el acusado no presentaba síntoma de embriaguez y que la víctima estaba "muy nerviosa". Los Policías certificaron que en la vivienda había una silla rota y estaba la habitación con varios destrozos.
Respecto a las declaraciones de los amigos del acusado existieron varias contradicciones ya que uno de ellos negó conocer que el acusado había consumido droga durante la Comunión mientras que otro aseguró que el propio imputado le había dicho que se había metido "un par de rayas". Un tercer testigo y amigo del acusado manifestó que "era un consumidor habitual de cocaína".
El Ministerio Fiscal solicita la pena de cuatro años y nueve meses de prisión por un delito de tentativa de homicidio y un delito de amenazas. La fiscal reclama para ella una indemnización de 3.200 euros por daños morales y por las lesiones que padeció, y 449 euros más por los daños que el acusado provocó en la casa y además le impone la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 200 metros durante once años.
Por su parte, la acusación particular eleva la petición de condena a 7 años de cárcel --cinco años por un delito de tentativa de homicidio y dos años por un delito de amenazas--. La defensa pide la libre absolución al entender que su cliente no fue el autor de los hechos que se le imputan.