Acusado de matar a un amigo por un vaso de vino dice sólo recordar haber bebido "de todo y mucho"

Actualizado: martes, 8 enero 2008 16:12

La Fiscalía podría rebajar la pena de 16 a diez años de prisión al tener en cuenta la atenuante de arrepentimiento

ALMERÍA, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -

J.C.B., el hombre de 55 años acusado de asestar dos puñaladas mortales a un amigo tras una discusión por un vaso de vino, afirmó hoy ante el tribunal y un jurado popular que "apenas" recuerda lo que pasó el día de los hechos, durante el que sí reconoció haber bebido "de todo y mucho" junto a la víctima, con quien compartía alojamiento en un almacén ubicado en el término municipal de El Ejido (Almería).

Durante la primera sesión de la vista oral celebrada en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, el procesado aseguró a preguntas de la fiscal no recordar la pelea que dio origen al apuñalamiento, ni haber cogido el arma homicida de su habitación --un cuchillo de hoja monofilo lisa de 20 centímetros-- ni a otro inquilino del inmueble, M.A.M, quien intentó separar a agresor y víctima y mañana prestará declaración como testigo.

J.C.B. relató que, en la tarde del día 3 de septiembre de 2006, se encontraba junto a E.G.M., de 61 años y con quien subrayó tenía una "buena relación de amistad", y que, luego, se despertó en una esquina del almacén, cubierto de sangre, tras lo que decidió personarse en la Comisaría de la Policía Nacional de El Ejido, donde confesó el crimen.

El agente que, pasadas las 23.00 horas, le recibió en dependencias y procedió a su detención, corroboró ante la sala la "intoxicación etílica" que, en ese momento, sufría el acusado, quien, "muy nervioso", sólo acertaba a decir "lo he matado, he tenido una discusión con él y creo que está muerto".

Fue su declaración la que activó a una dotación del servicio de emergencias sanitarias 061 que, al llegar al número 20 de la calle Severo Ochoa, sólo pudo certificar la muerte de E.G.M, quien se hallaba en el vestíbulo del inmueble, tendido boca abajo y rodeado por un gran charco de sangre, tal y como describió uno de los policías desplazados al lugar de los hechos, frecuentado por transeúntes.

A pregunta de la defensa, que renunció al interrogatorio de los cuatro testigos que hoy prestaron declaración ante el tribunal presidido por el magistrado Benito Gálvez, J.C.B. negó que hubiese planeado matar a su amigo pese a que la fiscal en su escrito de calificación le atribuye intención debido a su "actitud sorpresiva", en la que no medió palabra y en la que no dio oportunidad a la víctima para que pudiera defenderse.

El Ministerio Público reconoció, no obstante, en su alegato inicial ante el jurado popular, una grave adicción al alcohol tanto de en víctima como en el procesado, quien recibió por primera vez tratamiento para su enfermedad en el centro penitenciario provincial de El Acebuche, donde permanece ingresado en prisión incondicional desde el 6 de septiembre de 2006.

El letrado de la defensa por su parte alegó la no imputabilidad de su patrocinado, quien tenía en el momento del crimen sus "facultades mentales alteradas", resaltó la relación de amistad que unía a J.B.C. y E.G.M. y enfatizó la autoinculpación que, según aseguró, supuso "un intento de salvarle la vida".

La Fiscalía solicita una pena de 16 años de prisión y una indemnización de 60.000 euros por un delito de asesinato al que aplica la circunstancia modificativa atenuante de embriaguez. Fuentes jurídicas señalaron, sin embargo, a Europa Press que podría reconocer en sus conclusiones la atenuante de arrepentimiento por lo que la condena se rebajaría a diez años de cárcel.

El informe forense adjunto en las actuaciones refleja que E.G.M. presentaba una herida incisa en el pecho que le alcanzó el pulmón izquierdo y le causó un hemotórax en la cavidad pleural. Pero la lesión mortal fue una puñalada latero cervical, que le seccionó por completo la yugular y derivó en un shock hemorrágico.