El acusado de matar a dos policías en L'Hospitalet es un psicópata que distingue el bien del mal, según los peritos

Actualizado: miércoles, 23 julio 2008 18:29

BARCELONA, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los psiquiatras explicaron hoy que el acusado de violar y matar a dos policías leonesas en prácticas el 4 de octubre de 2004 en el barrio de Bellvitge de L'Hospitalet (Barcelona) es agresivo, frío, irritable, no tolera bien la frustración y no siente empatía por los demás, rasgos típicos de un psicópata y, como tal, es capaz de distinguir entre el bien y el mal.

El procesado, Pedro J.G., padece un "trastorno de personalidad severo" pero la psicopatía --que los especialistas denominan trastorno de la personalidad antisocial-- no es una eximente de responsabilidad porque aunque puedan cometer actos delictivos sin escrúpulos, tienen las capacidades cognitivas y volitivas intactas.

Por esa razón, y dada la gravedad de los hechos, la fiscal no dudó en solicitar al tribunal la aplicación de la doctrina 'Parot', es decir, que los beneficios penitenciarios que pueda obtener Pedro J.G. en el caso de ser condenado, se apliquen a la totalidad de la pena y no al máximo legal que pueda permanecer en prisión, que es de 40 años.

De esta forma, se evitará que sea puesto en libertad dentro de 30 años, cuando los presos condenados por delitos graves pueden empezar a disfrutar de permisos penitenciarios. Fue precisamente en el transcurso de uno de ellos cuando Pedro J.G. presuntamente cometió el doble crimen.

Durante la tercera sesión del juicio, que se celebra en la Sección Sexta, también testificaron los médicos forenses que participaron en la inspección ocular del lugar del piso de la Rambla de la Marina, en el levantamiento del cadáver y en la autopsia.

Los especialistas no pudieron determinar cual de las dos chicas falleció primero, pero ambas presentaban heridas de arma blanca en órganos vitales y signos de estrangulación. Además, coincidieron en señalar que, por su expresión facial, su "sufrimiento es indiscutible".

Como ya explicaron ayer los bomberos y los Mossos que se desplazaron al piso, los forenses señalaron que las víctimas estaban amordazadas --con ropa en la boca y alrededor de ésta, así como con un cordel--. También estaban atadas de pies, manos y cuello, ataduras ligadas entre sí y a la cama de las habitaciones en las que fueron halladas.

Silvia N. fue apuñalada nueve veces en el costado izquierdo --varias de ellas le perforaron el corazón y los pulmones-- y vejada una vez muerta, mientras que María Aurora G. tenía cuatro navajazos a lo largo de la columna y uno de ellos le causó una importante hemorragia que le provocó la muerte.

El ADN del semen que se encontró en María Aurora G. y en sus braguitas, y del mechón de pelo que tenía en la mano coincide con el del procesado.

También testificaron varios mossos d'Esquadra que explicaron que en el pomo de una puerta encontraron un sujetador e indicaron que el procesado pudo haberlo atado con el pomo de la puerta de la habitación de enfrente, donde estaba una de las víctimas, para evitar que saliera.

Asimismo, recogieron seis fragmentos de pisadas con lo que resultó ser sangre de Silvia N. y que "coinciden perfectamente" con las zapatillas deportivas del acusado, así como dos huellas digitales del procesado en la hebilla del cinturón con el que estaba atada una de las jóvenes.

En la exposición de sus conclusiones definitivas, la fiscal no sólo pidió la aplicación de la doctrina 'Parot', sino que ratificó su petición de 102 años y 11 meses de prisión por los dos asesinatos, la agresión sexual, el allanamiento de morada, la profanación de cadáver, el incendio, el robo con violencia, el robo con fuerza en continuidad delictiva y grado de tentativa y el de quebrantamiento de condena.

Asimismo, el Ministerio Público solicitó que se prohíba al procesado residir en la misma localidad que los familiares y los compañeros sentimentales de las fallecidas durante más de 30 años o, como mínimo, durante diez años después del cumplimiento de la pena de prisión.

Las acusaciones particulares se adhirieron a las peticiones formuladas por la Fiscalía, mientras que el abogado de Pedro J.G. pidió la libre absolución para su representado. El juicio finalizará mañana con la exposición de los informes finales y el turno de última palabra del procesado.