SEVILLA, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
El funcionario de prisiones de 40 años, Rafael S.N., acusado de matar a su mujer de 40 puñaladas y 14 golpes en la cabeza mientras dormía en su domicilio de San José de la Rinconada el 4 de febrero de 2006, admitió hoy en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Sevilla que lo hizo "impulsado por un espíritu maligno". "Estaba ido total. No me explico cómo pude cometer esa indigna acción", sentenció.
En la vista oral, el procesado --licenciado en Derecho y graduado social-- dijo que "evidentemente" el mató a su compañera sentimental, si bien dijo no recordar cómo sucedieron los hechos. "Hay un punto blanco en mi mente", apuntó Rafael S.N., quien prosiguió que aquello fue "fortuito" porque "la quería muchísimo".
En una declaración de más de 90 minutos, el acusado aseveró también que cuando se acepten sus bienes en favor de sus hijos --tenía un hijo de seis años y una hija de dos con la víctima-- se va a "quitar la vida" para poder "reunirse con ella", de quien dijo que "nunca" le tuvo odio".
En una línea cronológica, el inculpado indicó que conoció a su mujer unos nueve meses antes de la boda, que se celebró en el año 1997. "Yo no estaba enamorado pero se quedó en estado y Dios, por mandato divino, me dijo que la criatura concebida tenía que nacer. Ella me dijo que o nos casábamos o abortaría", puntualizó.
Rafael S.N. puso de manifiesto que la relación en el matrimonio era "muy buena" e incluso dijo que le dio su "beneplácito" para que estudiara, por lo que "se sacó el graduado y, luego, se convirtió en ATS". "Yo no me metía con ella ni controlaba su vida. Ella disponía del dinero que necesitaba. Es incierto y calumnioso que yo la controlase", respondió el procesado a preguntas del Ministerio Público.
Asimismo, expresó, recordando que su madre tienen "psicosis residual" y sus hermanos "esquizofrenia", que días antes de los hechos había ido al médico de cabecera porque se encontraba "mal". "Estuvo 15 ó 20 días sin dormir. Mi cabeza era una lavadora centrifugando ya que estaba preocupado porque mi mujer me planteó la separación y yo pensé que mis hijos iban a quedar en una situación de desamparo", relató.
"SATANÁS ME DECÍA: MÁTALA, MÁTALA"
"Antes de hacer una cosa no cuento hasta 10, cuento hasta 100, por lo que aquel día el demonio se apoderaría de mi cuerpo", explicó el asesino confeso, quien dijo que está viviendo un "sueño". El día de los hechos, según continuó, "no podía dormir y discutimos porque ella me decía que estaba haciendo mucho ruido con el microondas". "Formó un cirio y me dijo que me fuera de allí", argumentó el inculpado, que apuntó que él no decidió acabar con su vida, sino que "fue un ataque". "Se me metieron voces en la cabeza del mismísimo Satanás que me decían: Mátala, mátala", apostilló el presunto asesino.
En el juicio, que está previsto concluya el miércoles, el Ministerio Fiscal defiende que el procesado decidió acabar con la vida de M.A.R. de forma "premeditada, fría, cobarde y brutal" cuando supo que ésta pretendía separarse de él, según se desprende de su escrito de acusación, al que tuvo acceso Europa Press.
La idea de la ahora fallecida de terminar con el matrimonio tuvo su origen casi al inicio de la relación matrimonial en 1998 por la actitud de "hostilidad, frialdad, desvaloración y control" que el acusado le mostraba; circunstancia que --según prosigue el fiscal-- "fueron poco a poco minando la autoestima" de la madre de sus hijos
Toda la situación descrita provocó que la víctima planteara al marido su deseo de separarse en el año 2001, si bien no fue hasta 2006 cuando comenzó a asesorarse en el Centro de Información para la Mujer de San José de La Rinconada, llegando incluso a dejar de dormir con el presunto asesino. El procesado, lejos de aceptar la situación, comenzó tomar medicamentos para combatir el insomnio y la ansiedad.
"VEN CORRIENDO POR MIS NIÑOS QUE LA HE MATADO"
Así las cosas, en la madrugada del 4 de febrero de 2006, R.S.N. esperó a que sus hijos y esposa estuvieran dormidos para perpetrar el crimen. El fiscal explica que sobre las 2.00 horas entró en el dormitorio que dormían tanto el hijo de seis años como la madre y sacó al pequeño "con sigilo" para acostarle en la misma habitación que su hermana.
Inmediatamente después cogió dos cuchillos, uno de los cuales tenía una figura sobre una esfera en bronce macizo, se puso a "horcajadas" sobre la víctima y "comenzó a golpearla en la cabeza --hasta 14 golpes-- con la figura de bronce, que se rompió en varios trozos. A continuación cogió el cuchillo jamonero y "le propinó 40 cuchilladas" repartidas por todo el cuerpo que terminaron con la vida con M.A.R.
Una vez muerta, el acusado llamó a su hermana y, según relata el fiscal, le dijo: "ven corriendo por mis niños que la he matado". De igual forma, llamó a la Policía y narró lo sucedido, por lo que varios agentes municipales y del Instituto Armado se trasladaron al lugar de los hechos, donde el presunto asesino esperaba con el pantalón manchado de sangre y una botella de whisky medio vacía. Una vez que los agentes comprobaron los hechos, el acusado espetó: "la hija de puta creía que no iba a tener huevos".
El Ministerio Público considera que los hechos relatados son constitutivos de un delito de asesinato, por el que pide 25 años de prisión; y un delito del artículo 173.2 del Código Penal (De las torturas y otros delitos contra la integridad moral), por el que solicita tres años de prisión. Además, el fiscal entiende que el acusado debe indemnizar a cada uno de sus hijos con 300.000 euros por los perjuicios causados.