VIGO, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
El acusado por la muerte de María de Carmen Casal, ocurrida en septiembre de 2004, Juan Carlos L.E.,de 41 años de edad, admitió ante la Policía en el momento de ser detenido que había propinado "una paliza" a la víctima, porque la mujer le había llamado "borracho", aunque negó haberla matado.
En la segunda sesión de la vista oral que se sigue contra él en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra en Vigo, los agentes de la Policía Nacional que le detuvieron declararon que el acusado confesó "espontáneamente", cuando era trasladado en el vehículo policial, haberse cruzado con María del Carmen el 2 de septiembre de 2004, y haberle dado "una paliza" después de que ésta le hubiese insultado llamándole borracho.
Los agentes testificaron que, cuando detuvieron al acusado (en la mañana del 13 de septiembre de 2004) y le informaron de que era arrestado por su presunta relación con la muerte de María del Carmen Casal, éste admitió haber tenido un "enfrentamiento" con ella días atrás y que, tras haberla golpeado, le sacó un teléfono móvil y una cartera, que luego tiró.
Según la Policía, fue el propio detenido el que indicó el lugar, en una zona forestal de la parroquia de Candeán, cerca de donde se encontró el cadáver de la mujer, en el que se había deshecho de estos efectos. Asimismo, confesó haber quitado la tarjeta del móvil, que luego tiró en una alameda de esa parroquia a donde condujo a los policías.
REGISTRO E INSPECCIÓN OCULAR
En la sesión de hoy también prestaron declaración ante el tribunal los agentes que intervinieron en la inspección ocular del lugar donde apareció el cuerpo sin vida de María del Carmen Casal, así como los que procedieron al registro de la vivienda del detenido, en el barrio vigués de Cabral.
En dicho registro se intervinieron varias prendas de ropa, un reloj y unas tijeras, entre otras cosas, y se localizó, en el interior de una de las prendas de ropa del acusado, un tanga de mujer y una nota manuscrita en la que podía leerse "dame 900 euros en silencio o te hago daño".
Por otra parte, con respecto a la inspección ocular de la zona forestal donde apareció la víctima, los agentes intervinientes confirmaron que el cuerpo de María del Carmen apareció semidesnudo, oculto en parte por helechos, con una "bolsa ensangrentada" envolviéndole la cabeza, y la manga de una chaqueta metida en la boca. La Policía Científica recogió en las inmediaciones una piedra de unos "6 ó 7 kilos" con restos de sangre, así como la ropa interior de la víctima, y restos de un bocadillo.
"MIRADA EXTRAÑA"
Además, hoy declararon como testigos varios vecinos de la parroquia de Candeán, que aseguraron haber visto al acusado en las semanas previas al asesinato de María del Carmen "merodeando por la zona, con la cabeza agachada pero mirando a la gente de forma extraña". De hecho, en los reconocimientos fotográficos posteriores, todos identificaron al acusado "sin ningún género de dudas", según la Policía.
No obstante, a pesar de que algunos testigos afirmaron haber visto a Juan Carlos L.E. frecuentando los bares de la zona (incluso una testigo confirmó que visitó la cantina del monte Vixiador horas después de la muerte de María del Carmen), donde se sentaba a beber una cerveza "solo y sin hablar con nadie", todos coincidieron en señalar que nunca vieron al acusado "ni borracho ni tambaleante".
Así lo declaró también una camarera de un bar de Vigo que denunció al acusado pocos días después de la muerte de María del Carmen por un intento de atraco. Según explicó esta testigo, el acusado entró el día 12 de septiembre en el local en el que ella estaba sola, le pidió una cerveza y luego el dinero de la caja. Al negarse, el hombre comenzó a amenazarla con que le pegaría "aunque fuera una mujer" y le zarandeó, aunque según la chica "no estaba borracho", sino que "parecía que no estaba bien de la cabeza".
"MUY BUENA SEÑORA"
El momento más tenso y emotivo de la sesión celebrada hoy en los juzgados de Vigo fue la declaración del hijo menor de la víctima, Manuel Alejandro D.C., quien aseguró que su madre era una persona "muy religiosa" y "muy buena señora" que, recordó entre lágrimas, "se ganaba la vida limpiando una casa".
Los familiares de la víctima denunciaron antes de comenzar la vista que el chico fue acomodado en un pasillo junto con otros testigos antes de prestar declaración, en el que se encontró "frente a frente" con el acusado, por lo que abandonó ese lugar "para no echarle la mano al cuello". "Es una vergüenza que el hijo de la víctima tenga que estar en el mismo lugar que el asesino de su madre", lamentaron.
La acusación particular solicita 45 años de cárcel para Juan Carlos L.E., por los delitos de robo con violencia, abusos sexuales, detención ilegal y asesinato; la Fiscalía pide 35 años por los mismos delitos (excepto el de detención ilegal); y la defensa reclama que se le condene por homicidio a siete años de reclusión en un centro psiquiátrico. La vista se reanudará mañana a las 9.00 horas con la declaración de los forenses, peritos psicólogos, y agentes de la Policía Científica, entre otros.