MADRID, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 467 años de prisión a la histórica etarra Belén González Peñalva, alias "Carmen", por el atentado perpetrado en septiembre de 1985 en la plaza de la República Argentina de Madrid, en el que resultó muerto un ciudadano norteamericano y heridos 16 miembros de la Guardia Civil y dos transeúntes.
El tribunal impone esta condena a la etarra por los delitos de atentado en concurso ideal con otro de asesinato frustrado, asesinato consumado y 17 asesinatos frustrados. También la condena a indemnizar con 500.000 euros a los herederos de Eugene Kenneth Brown y al resto de heridos con cantidades que oscilan entre 3.065 euros y 619.998 euros.
Durante el juicio por este atentado, González Peñalva apeló en su última palabra al "diálogo y a la negociación política" como única vía para "garantizar los derechos de las naciones existentes en el Estado español". La etarra formó parte de la delegación de ETA que durante la tregua de 1998 se reunió con los enviados del Gobierno de José María Aznar en Suiza.
La sentencia considera probado que "Carmen", extraditada a España por las autoridades francesas en noviembre de 2005, formaba parte del "comando Madrid" junto con el arrepentido Juan Manuel Soares Gamboa y con José Ignacio de Juana Chaos. El comando recibió órdenes de la dirección de la organización terrorista de cometer un atentado mediante la colocación de un coche-bomba contra miembros de la Guardia Civil.
Tras obtener información sobre el recorrido que realizaban diversos autobuses que trasladaban a guardias civiles, los terroristas decidieron atentar contra uno que pasaba todas las mañanas por la plaza de la República Argentina.
VEHÍCULO CARGADO DE EXPLOSIVOS.
Para el atentado, el comando preparó un vehículo, al que cambiaron las placas de matrícula por otras falsas. El coche fue estacionado en un garaje de la Plaza de Callao cargado con una cantidad de explosivos que osciló entre 8 y 12 kilos de Goma 2 y con una cantidad de metralla cercana a los dos kilogramos. El día 9 de septiembre de 1985, Soares Gamboa recogió el vehículo y se dirigió a un colegio mayor de Ciudad Universitaria, donde había quedado con González Peñalva y De Juana.
Ambos llegaron en un taxi a cuyo conductor habían encerrado en el maletero. En los vehículos se desplazan a República Argentina, aunque González Peñalva detectó que había despertado las sospechas de la Policía y se apeó del taxi en la calle Princesa. El coche-bomba fue estacionado en la calle Carbonero y Sol, junto a la plaza por la que iba a pasar el autobús de la Guardia Civil.
De Juana activó el artefacto al paso del autobús. El ciudadano norteamericano Eugene Kenneth Brown murió y resultaron heridos de gravedad los guardias civiles del microbús y dos transeúntes.
DECLARACIÓN DE SOARES GAMBOA.
La Sección Primera de lo Penal sustenta la condena en la declaración que ofreció en la vista oral el arrepentido Soares Gamboa, quien detalló al tribunal cómo se llevó a cabo el atentado y cuál fue el papel que desempeño cada uno de los miembros del "comando Madrid".
Considera la Sala que "la serie de detalles" que ofreció el ex etarra "son lo suficientemente meticulosos sobre la preparación de la tentado, hasta su ejecución y posterior huida". Además, subraya que esta declaración corrobora las manifestaciones policiales realizadas por la etarra Inés del Río Prada, quien realizó labores de obtención de información.
También basa la condena en el testimonio prestado por varios guardias civiles que resultaron ese día gravemente heridos. Durante el juicio, todos ellos explicaron al tribunal que, a pesar del tiempo transcurrido, todavía padecen secuelas físicas y psicológicas a causa de la explosión, que les sorprendió cuando se dirigían a la Embajada de Estado Unidos para realizar el relevo del turno de vigilancia.