VITORIA, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
El grupo de expertos internacionales en resolución de conflictos que asesorará al Gobierno vasco manifesó hoy en Vitoria que el atentado cometido por ETA en el Aeropuerto de Barajas el pasado 30 de diciembre es "un reto" y "un desafío" al proceso, pero consideró que "no supone su fin".
Tras el primer encuentro que este grupo mantuvo con el Consejo Político del Ejecutivo -presidido por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y conformado también por los consejeros Joseba Azkarraga y Javier Madrazo-, los asesores internacionales abogaron por crear "una confianza entre todas las partes implicadas en el proceso", lo que hace necesario que "todas ellas" puedan tener representación política.
El ex ministro de Asuntos Constitucionales del Gobierno de Sudáfrica, Roelf Meyer, explicó que el grupo de expertos ha analizado las consecuencias del atentado de Madrid y su relación con la situación actual, y destacó que una de ellas ha sido que este acto supuso "un desafío y un reto al proceso, pero no significa que sea el final del mismo".
Meyer indicó que esto se sustenta en el hecho de que, a pesar del atentado, las encuestas demuestran que "la opinión pública vasca y española sigue estando a favor de una solución pacífica y negociada del conflicto", y agregó que "no se puede permitir que un sólo incidente pueda descarrilar todo un proceso de paz".
"Aquellos que defienden que el proceso debe detenerse están actuando de un modo tan contraproducente como el propio atentado", advirtió, antes de añadir que "la violencia no puede resolver un conflicto" y que esto sólo puede solucionarse "a través del diálogo y de la negociación".
En este sentido, apuntó que el atentado "supone una nueva oportunidad para fortalecer el proceso de paz y permitir nuevas negociaciones", y explicó que el grupo de expertos ha acordado un total de cuatro iniciativas que habría que desarrollar para avanzar en el proceso.
La primera de ellas sería "adoptar un enfoque incluyente para la solución del conflicto", lo que implicaría la participación de todas las partes; y la segunda pasaría por "conseguir un contexto en el que todas las partes puedan tener una representación política".
Respecto a la tercera, dijo que consistiría en desarrollar "un proceso interno", donde tanto los vascos como los españoles puedan desarrollar su propio proceso y que no lo hagan agentes externos; y sobre la cuarta y última, indicó que sería "concentrarse en construir el propio proceso y una confianza entre los agentes, y no los contenidos del proceso".
ANDREA BARTOLI
El director del Centro para la Resolución de Conflictos Internacionales de la Universidad de Columbia en Nueva York, Andrea Bartoli, por su parte, manifestó que "es peligroso que se instaure la desesperanza" y agregó que hay que trabajar "con seriedad y con disciplina en estos problemas tan graves".
"No se pueden resolver las cosas importantes tan fácilmente", advirtió, antes de mostrar su sorpresa por "la calidad de la respuesta que ha oído en el País Vasco", ya ésta "está en la mente y en los corazones de aquellos que con mucha seriedad buscan una respuesta".
Tras reiterar que "crear la paz es un trabajo difícil, un gran reto y un trabajo muy serio", se mostró convencido de que "si en algún lugar va a haber paz, es aquí", y dijo estar "feliz" por formar parte de este proceso.
Preguntados sobre si este grupo sigue creyendo que el proceso "sigue vivo", Meyer explicó que el atentado causó "una sorpresa y un impacto negativo" y que fue algo "contradictorio e inesperado", y que hubo "una reacción natural e inmediata" al mismo, pero dijo que "no es la causa de una ruptura definitiva, ni del diálogo ni del proceso".
El experto internacional indicó además que esto se ve "en el apoyo observado en la población vasca y española", en el hecho de que el Gobierno central "tampoco ha cerrado la puerta a la posibilidad e continuar el proceso", y en que ETA "ha dicho que no supone el final del alto el fuego".
Bartoli agregó que "la violencia no puede ganar" y que "hay que colocarla en el sitio que le corresponde", y tras admitir que el atentado "destruyó algo", y que con ella "algo se terminó", aseguró que "la política es más fuerte" y que hay que pensar así para que "no de la impresión de que es la violencia la que está dominando". "La responsabilidad es la creación de nuevas oportunidades y de nuevos inicios", indicó.
El primer ministro de Irlanda durante el periodo 1992-1995, Albert Reynolds, deseó que el trabajo de este grupo "contribuya a rescatar el proceso de paz", que "tan bien avanzaba antes de atentado", dijo. Asimismo, apreció ciertos paralelismos entre este proceso y el ocurrido en su país, y apostó por lograr "una confianza duradera entre todas las partes".
También forman parte de este grupo de expertos la primera representante de Human Rights Watch ante las Naciones Unidas, Joanna Weschler, y el que fuera director del Departamento de Resolución de Conflictos del Centro Carter, Harry Barnes.