SANTANDER, 30 Jul. (EUROPA PRESS) -
La sección primera de la Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado, a un año y seis meses de prisión, a un hombre en cuya casa fueron encontradas catorce plantas de marihuana que él mismo cultivaba.
La sentencia ratifica así la condena que le fue impuesta al acusado por el Juzgado de lo Penal número 1 de Santander, como autor de un delito contra la salud pública.
El fallo de apelación considera probado que durante una investigación policial sobre la comisión de un posible hecho delictivo, agentes de la Policía Nacional efectuaron, el 27 de septiembre del año 2006, un registro en el domicilio del acusado, R.C.S.E, situado en la localidad de Laredo.
Allí encontraron 14 plantas de marihuana: cinco grandes y nueve pequeñas, así como una caja para triturar esta sustancia, otra con restos, una balanza de precisión, dos ventiladores, una lámpara y billetes y monedas muy fraccionados que sumaban un total de 400 euros, entre otros efectos.
También hallaron en la vivienda un habitáculo destinado al crecimiento y mantenimiento de las condiciones óptimas para el cultivo de las plantas de marihuana.
El poseedor de dichas plantas fue condenado por un delito contra la salud pública, sentencia que recurrió alegando que la marihuana encontrada en su casa era para autocunsumo, para lo cual aportó una prueba de su pertenencia a la asociación de 'autoconsumidores castreños'.
Sin embargo, el tribunal de apelación considera que aunque el acusado reconociera que consumía marihuana, no se ha practicado ninguna prueba que acredite que fumaba 10 cigarrillos al día, y destaca al respecto que ni siquiera se encontraron en la casa papeles para liar los mismos.
Pero sobre todo destaca el hecho de que las plantas de marihuana no crecieran debido a causas naturales, sino a la "obra humana" ya que el acusado contaba con ventiladores, una lámpara de 400 watios con campana difusora de luz y un habitáculo con papel de planta, todo ello, para potenciar y acelerar la floración, así como con más de 8,680 gramos de marihuana triturada y 170 gramos de hojas secas, además de un triturador y otros efectos.
Todo ello hace concluir al tribunal que "no cabe duda" de que al menos parte de la marihuana que el procesado cultivaba, era para "favorecer y facilitar el consumo ilegal, poniendo en peligro el bien jurídico protegido que es la salud pública" por lo que desestima su recurso y confirma la sentencia de instancia, imponiendo al condenado las costas del recurso de alzada.
