CÁCERES, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
La organización agraria Asaja Extremadura sostuvo hoy que el año 2010 se postula como la fecha en la que se producirá la "desaparición" del cultivo de tabaco en la región, como consecuencia de la reforma agraria aprobada por la Unión Europea, y que la ministra del ramo, Elena Espinosa, tuvo el "deshonor" de apoyar.
En nota de prensa, Asaja subraya que tres años después de la aprobación de la reforma, el el futuro que se presenta a los tabaqueros extremeños es "muy sencillo de adivinar", por cuanto los postulados que presenta la nueva OCM y que los gobiernos central y autonómico se "han limitado a seguir, marcan el ejercicio 2009-2010 como ultimo año con posibilidad de cultivar en esta región".
Según esta organización agraria, se podría además haber actuado sobre cuotas, o sobre el modelo de desacoplamiento que "está llevando a los agricultores a la ruina" en los años que restan para el 2010. "Ya sólo quedan 3.600 tabaqueros en la región, con una pérdida de 1.600 en los últimos dos años", indica Asaja.
Por ello, Asaja no entiende la postura de la Junta de Extremadura, que se limita a seguir intentando "engañar a los agricultores". Al respecto, recuerda que primero se creó el Foro del Tabaco, del que "nada se ha vuelto a saber". Después vino una Interprofesional a la que "le queda poca vida por delante, dado que los postulados que allí se defienden no son aceptados por el sector".
Por último, indica que el presidente de la Junta, Guillermo Fernández vara, "no se aclara, tan pronto dice estar en contra del tabaco como cambia de opinión y se posiciona a favor e incluso quiere sacarse fotografías en alguna feria italiana a la que quiere ir".
El presidente Vara está siendo "incapaz de dar una solución a los tabaqueros porque ni hay alternativas, ni tampoco iniciativas. Lo mas fácil es hacer ver como actualmente pretenden al resto de los extremeños que los agricultores del tabaco quieren coger el dinero de Bruselas y no trabajar más".
Asaja Extremadura propuso hoy dos medidas para que no llegue la desaparición de este cultivo. En primer lugar, que el presidente de la Junta desautorice a la actual ministra de Agricultura que firmó "el fin del tabaco para el 2010". En todo caso, los representantes de esa organización agraria dudan que esto se produzca dada la "disciplina de partido".
En segundo término, que a partir de 2010 una de las mitades de los fondos procedentes de Bruselas para el sector vaya directamente a los productores "en concepto de desacoplado, por lo que se percibirá con independencia de que exista o no producción". El otro 50 por ciento se destinará a desarrollo rural.
Además, los 154 millones que corresponden a desarrollo rural "vuelvan al sector a través de un programa agroambiental del tabaco". Sin embargo, Asaja subraya que, por el contrario, "el presidente Vara prefiere repartirlos entre los alcaldes afines para la restauración del patrimonio rural".
FIN DE CETARSA.
Por otro lado, Asaja sostiene que la industria tabacalera Cetarsa "no hace otra cosa que preparar su cierre", de forma que en los dos últimos años "ha pasado de contratar 32 millones de kilogramos a solo 26, de los cuales 21 millones son de la variedad Virginia".
Esta empresa, participada por la SEPI en un 80 por ciento y Altadis en un 20 por ciento, mantiene actualmente en plantilla a casi 610 trabajadores, una gran parte de ellos con contratos de apenas 5 meses. El dirigente de UGT, Cándido Méndez, el pasado mes de Noviembre ya mostró su preocupación tanto por la situación de precariedad laboral como del futuro de la empresa, recuerda Asaja.
Cetarsa en el año 2002 se gasto una cantidad 22,4 millones de euros en un expediente de regulación de empleo, añade la organización agraria, que subraya que "ahora todo el afán es de estar preparada económicamente para hacer frente al cierre en el ejercicio del 2010".
"Con un beneficio de más 2,1 millones de euros en el pasado ejercicio ha decidido en una política que podría calificarse de cicatera comprar el tabaco a los productores españoles con una rebaja de casi 35 céntimos de euro por kilo en relación al precio que perciben el resto de cultivadores europeos", indica Asaja, que finaliza que "esto supone unos ingresos en sus arcas de 9,1 millones de euros adicionales por cada uno de los dos años que la permitirán hacer frente a las indemnizaciones de los trabajadores".