MADRID, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Sindicato Profesional de Policía (SPP), al que estaba afiliado Eduardo Puelles, recordó hoy al agente como "un hombre bueno, un vasco noble, un español de corazón y un policía ejemplar", que dedicó un "gran sacrificio personal" al Cuerpo y que supo ganarse el respeto de todos sus compañeros, en quienes deja, añade, un "recuerdo imborrable".
Eduardo Antonio Puelles, de 49 años, fue asesinado hoy por la banda terrorista ETA que colocó una bomba lapa en su vehículo, aparcado en el municipio vizcaíno de Arrigorriaga. El inspector de la Brigada de Información, natural de Barakaldo, deja una viuda y dos hijos.
Puelles ingresó en 1982 en el Cuerpo Nacional de Policía y ascendió a inspector jefe en el 2002 gracias a su esfuerzo, voluntad y "la inestimable ayuda" de su familia. Así lo expresa en un comunicado el sindicato, que define al policía como "un ejemplo de superación personal" y "un hombre bueno que amaba a su familia, a su pueblo y a la Institución a la que se honraba pertenecer".
Sus compañeros recuerdan las noches de trabajo intenso que compartieron con él, los días de esfuerzo continuado y también los momentos de descanso "reparadores". "Eduardo era un vasco noble y un español de corazón. Profundamente orgulloso de sus orígenes, supo proyectar su amor a su Tierra en los sitios donde estuvo destinado", declaró el Comité Ejecutivo del sindicato.
Destacó el "recuerdo imborrable" que dejará Puelles mientras que sus criminales "envejecerán" en la cárcel y serán olvidados, "como cualquier otro traidor asesino". Acto seguido, advirtió de que "la bestia a quien se conoce como ETA" es la "verdadera enemiga" del pueblo vasco y de la libertad de los españoles y será "próximamente derrotada".
El sindicato policial recalcó que exigirá a este Gobierno y a los sucesivos que dote a las Fuerzas de Seguridad de "todos" los medios necesarios para que la vida de Eduardo Puelles sea la última que es cobra esta "lacra terrorista". Por todo ello, sus compañeros sentenciaron que "no olvidarán" a la víctima y concluyeron: "Gracias Eduardo por haber existido".
