La Audiencia Nacional impone 26 años de cárcel a un médico de Valladolid por violar a su hija, menor de edad

Actualizado: sábado, 10 junio 2006 14:38

A la edad de 11 años comenzó a abusar sexualmente de ella, hasta que con 16 y 17 años la penetró vaginalmente en dos ocasiones

VALLADOLID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Nacional ha impuesto un conjunto de penas que suman 26 años de cárcel a un médico de Valladolid con iniciales G.G. de C. como autor de un delito continuado de abusos sexuales y otros dos delitos de agresión sexual sobre su hija, menor de edad, sobre la que empezó a abusar en 1996 cuando la pequeña contaba con tan sólo 11 años y a la que, ya con 16 y 17 años, llegó a violar en dos ocasiones en los años 2001 y 2002.

En su fallo, al que tuvo acceso Europa Press en fuentes jurídicas, la Sala considera probada la comisión de los referidos delitos y, por tal motivo, acordó imponerle 2 años de cárcel por el primero y sendas penas de 14 años por los otros dos autónomos de agresión sexual, penas de prisión cuyo tiempo máximo de cumplimiento no excederá en ningún caso de 20 años.

En concepto de indemnización, el condenado habrá de pagar a su hija 60.000 euros por los perjuicios sufridos, al tiempo de que se le prohíbe acercarse y comunicar con la víctima y su otra hija menor por un tiempo de cinco años a contar desde la extinción de las penas de prisión, la obtención de cualquier clase de permiso o desde el periodo de libertad condicional. Durante ese lustro tampoco podrá residir en Valladolid o cualquier lugar donde las hijas tengan fijado su domicilio.

La pena finalmente impuesta es sensiblemente inferior a las solicitadas por el Ministerio Fiscal y la acusación particular, que al término del juicio, celebrado los pasados días 24 y 25 de mayo en Madrid, decidieron mantener sus peticiones de 28 y 33 años de privación de libertad, respectivamente.

La condena impuesta por la Audiencia Nacional toma, fundamentalmente, como principal prueba de cargo el testimonio de la víctima, hoy de 21 años, por entender que en el mismo es suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado puesto que reúne los requisitos necesarios tales como ausencia de incredibilidad subjetiva, verosimilitud y persistencia en la incriminación.

TESTIMONIO DE LA VICTIMA

Así, el tribunal advierte de que la joven ha mantenido durante todo momento una versión uniforme y coherente, desde que declaró ante la Fiscalía de Valladolid el día 20 de diciembre de 2002, se ratificó en el Juzgado de Instrucción el día 24 de enero y 16 de junio de ese mismo año y hasta la celebración del juicio oral, celebrado hace quince días.

En su relato de hechos, considerado probado por la Sala, la joven mantuvo que la situación la venía sufriendo desde los 11 años en forma de tocamientos cuando su padre residía en Valladolid junto con su madre y sus otros tres hermanos en el barrio de Arturo Eyríes. En ese periodo, entre el verano-otoño de 1996 y mayo de 1999, el ahora condenado se introdujo en más de una ocasión en el dormitorio de su hija, la despertó, desnudó y tocó por todo el cuerpo para luego quitarse él los pantalones y masturbarse, situación que incluso se dio en una época en que la víctima dormía en la misma habitación con una hermana pequeña.

Posteriormente, la hija fue objeto de dos violaciones por parte de su progenitor en la localidad lusa de Valpaço, a la que se había trasladado solo el imputado para dirigir el hospital Nuestra Señora de la Salud, de carácter privado.

La primera de las violaciones se produjo una noche del puente de Todos los Santos del año 2001, cuando la hija tenía 16 años y en un momento en que toda la familia se encontraba en Valpaço. La víctima regresaba sola al domicilio tras pasar la tarde con su padre en el centro hospitalario y decidió hacer un alto en una ermita para fumar un cigarro antes de entrar en casa, momento en que G.G. de C. la alcanzó y, contra su voluntad, la tiró al suelo, la desabrochó los vaqueros y tras manosearla la violó.

La segunda violación se produjo en el puente de la festividad de El Pilar en el año 2002, contando entonces la hija con 17 años. Esta había ido sola a Portugal a visitar a su padre y él aprovechó para introducirse una noche en el dormitorio de ella para golpearla, arrojarla sobre la cama, desnudarla y consumar nuevamente la penetración.

Los hechos denunciados los desconocían tanto la madre de la niña, perteneciente a una familia muy conocida de Valladolid, como sus otros tres hermanos más pequeños, hasta que la víctima, incapaz de aguantar la angustia que sufría, explotó y trató de quitarse la vida el 5 de noviembre de 2002 mediante la ingesta de una gran cantidad de ansiolíticos.

Atendida en el Servicio de Urgencias del Hospital Clínico Universitario, la joven, una vez superada la intoxicación, fue asistida por el Departamento de Psiquiatría y acabó desvelando que el motivo de su intento de suicidio estaba relacionado con los abusos y violación sufridos a manos de su padre.

La hija, como así reveló, no había confesado hasta entonces lo que ocurría por miedo a que el padre cumpliera la amenaza de hacer lo propio con sus otros hermanos pequeños.

DETENIDO CUANDO IBA A DECLARAR

Los responsables del Clínico Universitario, conocida esta situación, pusieron los hechos en manos de la Fiscalía de Valladolid el 26 de diciembre de 2002 y la investigación correspondiente recayó en el Juzgado de Instrucción número 5 de la capital.

La detención del médico, que es natural de Badajoz, no se produciría hasta el 23 de enero de 2003, fecha en la que se desplazó desde Portugal hasta Valladolid para ser interrogado por el Juzgado de Familia. Sin embargo, ese mismo día el Juzgado de Instrucción número 5 dictó auto de prisión contra el violador y éste fue conducido hasta la prisión provincial, donde permanece desde entonces.

Los análisis forenses practicados a la víctima confirmaron que ésta tiene roto el himen--ella asegura que tan sólo ha tenido relaciones sexuales con su padre--y que desde entonces sufre una trastorno angustioso-depresivo postraumático del que sigue siendo tratada y que le ha llevado a varios intentos de suicidio.