Cercanías.- Las ventas en los comercios de la estación de Sants (Barcelona) bajan más del 40%

Actualizado: jueves, 1 noviembre 2007 13:27

BARCELONA, 1 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los comerciantes de la estación de Sants (Barcelona) cifran en más del 40% la reducción de ventas a causa del menor número de usuarios por la cancelación de las líneas C-2 Sur, C-7 y C-10 de Cercanías, y las alteraciones que también se registran en los trenes de Media Distancia.

Tan sólo las compañías de alquiler de coches y el hotel que hay en la estación sortean los menores ingresos, dado que funcionan sobre todo con reservas. Por contra, algunas líneas de autobuses nacionales de la empresa Alsa han experimentado un incremento de pasajeros.

Aun así, no es el caso de la mayoría. "Se ha notado bastante, hay mucha menos gente", aseguró a Europa Press Raquel Rodríguez, de la Tienda del Metro. Coincidió con ella su compañero del comercio de música de la estación. "Es increíble, hay largos ratos que no entra gente", afirmó, y precisó que pasa especialmente a determinadas horas, como a media mañana.

Todos los negocios consultados de restauración, venta de prensa, regalos, lotería e incluso la farmacia de la estación declararon que las pérdidas son del 40% o incluso más. Por ello, se ven obligados a preparar menos comida y las devoluciones de periódicos son mucho mayores que cuando funcionaban todas las líneas de Cercanías.

En la Cafetería Restaurante Ars tuvieron que cerrar el comedor del primer piso, y el que mantienen abierto está medio vacío cuando no son horas punta. Explicaron que en octubre suelen hacer entre 4.000 y 5.000 euros de caja durante un turno de ocho horas, cifra que desde la interrupción de las tres líneas de Cercanías se ha reducido en 2.000 euros.

El volumen de negocio de los taxistas que acuden a la parada de la estación también se ha reducido y explicaron que padecen largas esperas hasta que un cliente entra al coche. "Antes no había tiempo de parar ya que había colas para subir al taxi", aseguró Celso, quien coincidió con Santiago en que el tiempo mínimo de espera es de media hora.

Muchos declararon que, además de la reducción del volumen de trabajo, tienen que sufrir el mal humor de los usuarios de Renfe. Una cocinera de la Cafetería Restaurante Ars subrayó que "la gente está muy alterada", y advirtió: "No puedes decir nada porque se te lanzan al cuello".

No obstante, el número de pasajeros que viajan con la compañía de autobuses Alsa se ha incrementado, porque hay unas taquillas muy cerca de donde salen los autocares que sustituyen el tramo Barcelona-Tarragona de los trenes Grandes Líneas y los usuarios van a preguntar desorientados.

Según el trabajador de Alsa Oliver López, a excepción del verano, "antes entre semana no iba completo ningún autobús hacia Tarragona, Valencia o Zaragoza, mientras que ahora van llenos".