Condenan a 26 años de cárcel al hombre que asesinó a un vecino de Rubí (Barcelona) para robarle

Actualizado: miércoles, 17 diciembre 2008 15:33

BARCELONA, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 26 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento y robo con violencia al hombre que un jurado popular declaró culpable de matar por asfixia a otro individuo en la casa de éste en Rubí en 2006. También deberá indemnizar a la hija del fallecido con 81.900 euros.

Todos los miembros del jurado consideraron probado que el acusado y otro hombre no identificado no tenían intención de matar a la víctima, Pere G.F., de 54 años, pero asumieron el "riesgo" que conllevaba para la vida del agredido las ataduras y la mordaza que le aplicaron y que la muerte podía ser agónica.

Según el veredicto del jurado, Eduard I.C., rumano de 24 años, y otro individuo aún no identificado conocieron a la víctima la tarde del 5 de julio de 2006 en un bar de ambiente gay de la calle Muntaner de Barcelona. Los dos extranjeros mostraron interés por alquilarle una habitación, por lo que, ya de noche, los tres se fueron al piso de Pere G.F., en el paseo de las Torres de Rubí.

Allí lo redujeron y le ataron "fuertemente y mediante un sistema complejo", con las manos a la espalda con el cable de un cargador de móvil y los pies, con uno eléctrico. Además, unieron las ligaduras con tiras de ropa y le colocaron "una tela de gran tamaño" en la boca, impidiendo que respirara y aumentando su dolor.

El cuerpo no fue hallado hasta nueve días más tarde, cuando la Policía acudió a la vivienda después de que varios amigos de la víctima no tuvieran noticias de él. Los agentes hallaron numerosos objetos revueltos, aunque, según los investigadores, no echaron en falta efectos de valor --salvo un anillo y un reloj-- que hicieran pensar en un móvil económico, y el ordenador estaba encendido con varios programas abiertos.

La Policía científica encontró 22 huellas dactilares en varios objetos de la casa y recogieron para su análisis un cuchillo y dos pantalones, entre otros. La inspección ocular permitió identificar por huellas a Eduard I.C., que ya había sido detenido el 6 de julio, un día después de la muerte, en la localidad fronteriza de Portbou (Girona), al constar una reclamación de la Comisaría de Santiago de Compostela por un robo con fuerza. Además, tenía antecedentes por infringir la Ley de Extranjería.

Además de las huellas localizadas en el piso, un amigo de la víctima confirmó a la Policía que por la tarde del 5 de julio habían estado en un bar, donde conocieron a dos chicos extranjeros, probablemente del Este de Europa. El hombre reconoció al presunto autor en las fotografías de la Policía como una de las personas con las que se marchó la víctima.

En base al veredicto, el magistrado-presidente ha condenado a Eduard I.C. a 22 años y medio de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento y a otros tres años y medio de cárcel por robo con violencia. También le ha condenado a indemnizar con 80.000 euros a la hija del fallecido, así como a entregarle 1.900 euros por el anillo y el reloj robados.