Condenan a un presunto etarra a 7 años menos de los pedidos por la Fiscalía por las condiciones de su extradición

Europa Press Nacional
Actualizado: miércoles, 30 enero 2008 13:51

MADRID 30 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Nacional condenará a tres años de prisión al presunto etarra Iñigo Macazaga Castillo, siete menos de los solicitados por la Fiscalía y la acusación particular, al poder juzgarle únicamente por el delito de tenencia de explosivos y no por el intento de asesinato terrorista de un policía nacional de Vitoria en los bajos de cuyo vehículo trató de colocar un artefacto explosivo en 1997.

Durante el juicio ante la Sección Primera de la Sala de lo Penal, que quedó hoy visto para sentencia, las partes llegaron a un acuerdo de conformidad al constatar que el principio de especialización del decreto por el que fue extraditado desde el Reino Unido en febrero de 2006 impide juzgarle por delitos diferentes a los de tenencia de explosivos.

De esta forma, el fiscal Ignacio Gordillo retiró tanto su petición de diez años de cárcel por un delito de tentativa de asesinato terrorista como las que presentó para que Macazaga no pueda volver a Vitoria en un plazo de diez años y tenga que indemnizar al agente en 300.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

El abogado de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Juan Carlos Rodríguez Segura, que ejerció la acusación particular, se adhirió a este planteamiento y se reservó el derecho recurrir a la vía civil para conseguir la indemnización. Fuentes de la defensa indicaron, por su parte, que Macazaga ha cumplido ya tres años y cuatro meses de prisión por esta causa.

LE VIO DESDE SU CASA

Los hechos se produjeron el 24 de mayo de 1997 en la calle Obispo Ballester de Vitoria. Según el escrito de acusación, el policía nacional observó desde la terraza de su vivienda cómo el procesado colocaba una bolsa en los bajos de su vehículo y se daba a la fuga en dirección a la plaza de Gregorio Altube.

El artefacto explosivo estaba compuesto por dos botellas de 1.500 centímetros cúbicos de gasolina, tres sprays de gas, uno de los cuales estalló antes de ser ocupado, dos pilas eléctricas de botón y dos cabezas de cohetes pirotécnicos.

Como consecuencia de la impresión que le produjeron los hechos, el policía nacional sufrió un cuadro depresivo reactivo a la situación traumática vivida por la que estuvo de baja durante 422 días y tuvo que recibir tratamiento médico, farmacológico y psiquiátrico. Según el escrito del fiscal, esta patología le alteró "gravemente" su calidad de vida y deterioró sus relaciones personales y familiares.

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