La corrupción y la reacción frente a la crisis rebajan dos décimas la nota de la democracia española, un 5,8 en 2010

Actualizado: lunes, 28 junio 2010 15:15

Almunia recomienda tolerancia cero contra los escándalos en las filas propias para actuar con "legitimidad" contra "los de al lado"

MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los casos de corrupción y el modo en que las fuerzas políticas han reaccionado frente a la crisis económica han rebajado dos décimas la nota de la democracia española, que se sitúa este año en 5,8 puntos, según el informe anual de la Fundación Alternativas (cercana al PSOE) que este año lleva el título 'La erosión de la confianza y el bienestar. Contra la desafección'.

El informe, que se basa en las respuestas de 118 expertos a un total de 57 indicadores, identifica la corrupción como la principal deficiencia de la democracia española (la "ausencia" de ella tiene una valoración de 2,9 puntos, 8 décimas menos que hace un año), mientras que la principal fortaleza son las "elecciones limpias", con una valoración de 8,8 puntos.

Durante la presentación, el vicepresidente de la Comisión Europea y ex líder socialista Joaquín Almunia avisó de que, si bien España no es "culpable" de la crisis económica y ésta ha sido "importada", no sucede lo mismo con la corrupción, que es "autóctona" y, además, "insoportable". "Las crisis pasan, la corrupción hay que erradicarla", avisó.

Almunia reconoció que no es la primera vez que los ciudadanos están "airados" por la corrupción y que a él mismo le ha tocado vivir otros episodios y dio sus recetas para combatirla, empezando por aplicar la "tolerancia cero" en la "fuerza política propia". Si no, avisó, no se tiene "legitimidad para actuar con la corrupción de los de al lado". "Que sin duda son más corruptos que nosotros, y no me refiero a nadie", apostilló.

El comisario abogó también por crear mecanismos de control de los políticos en origen, sobre todo en los ayuntamientos, antes de que tenga que intervenir un juez porque el delito ya esté consumado. Y, en tercer lugar, advirtió de que a los partidos les corresponde hacer la "selección de personal" y garantizar que un culpable de corrupción no se vuelva a presentar. "Hay políticos corruptos que ganan las siguientes elecciones y eso nos molesta especialmente", admitió.

Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, Nicolás Sartorius, se refirió al impacto de la recesión económica y advirtió de que la "desafección" de los ciudadanos por la política no está "en la dureza de la crisis", sino en cómo se ha reaccionado a ella y, sobre todo, en que las dos grandes fuerzas políticas no hayan sido capaces de ponerse de acuerdo en una situación dramática".

En este punto, repartió culpas y achacó la falta de acuerdo a "una oposición que no ha querido para nada un acuerdo" y también a "cierto despiste por parte del Gobierno de no tomar el toro por los cuernos cuando había que hacerlo". Eso sí, dejó claro además que el momento de llegar a un acuerdo fue hace casi dos años, cuando se colapsó el sistema financiero, pero que ahora es más difícil por la cercanía cada vez mayor de las próximas elecciones.

HA CALADO LA IMAGEN DE IMPROVISACIÓN

El informe detecta un deterioro en los poderes del Parlamento (5,2, 9 décimas menos que en 2009), la transparencia informativa y la rendición de cuentas del gobierno (6,3, 5 décimas menos) y lo achaca a la política de alianzas variables del Ejecutivo, que dificulta las iniciativas fiscalizadoras de la oposición.

En este capítulo, constata que "ha calado profundamente" la percepción de que el Gobierno cada vez "explica menos, o peor" sus políticas" y la imagen de que "explica poco e improvisa mucho". La capacidad del Gobierno tiene una nota de 5,7 y la efectividad de la oposición un 5,9, en ambos casos cinco décimas menos que hace un año. Peor nota se lleva la "cooperación entre niveles de gobierno", con un 4,2, dos décimas menos que en 2009.

Según las conclusiones del informe, cada año empeora la percepción de la autonomía del Gobierno "frente a los grandes poderes económicos" y se ha "deteriorado de forma acusada" la confianza en él "para resolver los principales problemas de los ciudadanos".

En la presentación, Sartorius constató un "cierto estupor del personal" por el hecho de que "no estén bien repartidos" los costes de hacer frente a la crisis. Mientras el Gobierno sigue insistiendo en que habrá un impuesto para los más ricos en los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE), insistió en que "algo habrá que hacer" porque en los últimos años "mucha gente se ha forrado".

En todo caso, subrayó que la democracia española saca "notable" en al menos 14 indicadores (otros son la protección de las libertades, la convivencia y el derecho a la lengua) calificó de "éxito" que la nota sólo haya bajado cuatro décimas en dos años (en 2008 la valoración era de 6,2 puntos) "con la que está cayendo" en la economía. Además, recalcó que a diferencia de lo que sucedió en los años 30 del siglo XX, hoy la desafección no afecta al sistema democrático en sí, sino a los partidos políticos.

BUENAS LIBERTADES, MALA PRENSA

Los expertos dan muy buena valoración a cuestiones como el respeto de la libertad de expresión (7,4), de asociación (7,8) o de religión (7,6), aunque también han perdido un par de décimas en un año; el derecho de lengua (7,1) o la protección de la salud (7,5) y la garantía de educación (6,5). Aprueban también la libertad de prensa (6,1), pero no así la pluralidad informativa (4,9), su independencia (4,5) y el respeto que demuestran los medios (3,7).

Además, otorgan un 6,5 por ciento al cumplimiento de la legalidad pero, en cambio, pierde cuatro décimas, hasta 5,4, la independencia de los jueces, algo que el informe atribuye a la conflictividad del último año --huelga, conflictos en el Consejo General del Poder Judicial y debate en torno al Tribunal Constitucional--. "Se ha difundido la imagen de unos jueces que se guían más por sus creencias ideológicas que por la interpretación interesada de las leyes", dice el informe.

El presidente de la fundación, Pere Portabella, calificó de "barbaridad" el retraso del alto tribunal y aprovechó para lamentar que se haga de la Constitución un texto "sagrado" cuando en democracia la clave es el sufragio universal y, además, la Carta Magna prevé mecanismos para su propia reforma.

Por su parte, el director del informe Joaquín Estefanía --que criticó al principal partido de la oposición por su "ocultación de sus recetas" contra la crisis-- diagnosticó la necesidad de "liderazgos claros" en el Gobierno y en la oposición, liderazgos con capacidad pedagógica y capaces de establecer horizontes, y no sólo de movilizar a los fieles propios y sólo en el corto plazo.

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