BARCELONA, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
C's dio inicio hoy a su precampaña para las elecciones autonómicas en el Teatre Villarroel de Barcelona, donde presentó la campaña 'Catalunya somos todos' que, según el presidente de la formación, Albert Rivera, defiende la Cataluña "de Lluís Llach y Estopa, de los 'castellers' y la Feria de Abril catalana".
Rivera aseguró que quien no entiende que en Cataluña 3,5 millones de catalanes tienen padres nacidos fuera de Catalunya "no puede gobernar", y defendió la "Catalunya real", de trabajadores que no se preocupan por la identidad nacional.
Afirmó que el "oasis catalán" está acabándose, y aseguró que su formación no trabajará en un proyecto que define qué tipo sociedad hay que tener, sino en una que refleje la sociedad que ya existe.
Explicó que su formación quiere cambiar el modelo lingüístico que fomenta la Generalitat, que definió como monolingüe en la administración pública y de "impuesto bilingüismo" en el ámbito privado.
En este sentido, declaró que C's quiere invertir el patrón y crear una administración bilingüe y un ámbito privado "libre", en el que nadie dé indicaciones sobre cómo se tiene que rotular, en qué idioma tienen que proyectarse las películas o "en qué lengua redactar las actas vecinales".
Además, defendió la creación de una escuela pública trilingüe que combine catalán, castellano e inglés, "siguiendo el modelo que ya tienen muchas escuelas privadas, el mismo que el presidente de la Generalitat, José Montilla, da a sus hijos", que acuden a un centro privado alemán.
Rivera se desmarcó de las consultas soberanistas que se celebrarán en diciembre en un centenar de municipios catalanes y aseguró que no ayudan a la economía catalana. "Quien se quiera tirar en paracaídas sin paracaídas, que lo haga", sentenció.
El acto recibió apoyos como los del dirigente de UpyD, Mikel Buesa; el fundador y militante de C's Francesc de Carreras, y el ex dirigente del partido socialista Pablo Castellanos, que participaron en un vídeo de apoyo a la campaña proyectado en el teatro.
El Teatre Villarroel registró un lleno total, aunque su aforo, de 350 localidades, dista mucho de las más de 1.600 butacas del Teatre Tívoli que C's logró llenar hace tres años con motivo de su presentación.
