CSI-CSIF achaca a falta de personal el fallo en el caso de Pontevedra y defiende la profesionalidad del colectivo

Recuerda que el dispositivo por sí solo no es capaz de salvar la vida de alguien amenazado

MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Sindicato de Funcionarios de Prisiones defiende la "profesionalidad" de sus compañeros y achaca el fallo en la detección de la alarma del agresor de Pontevedra al hecho de que hay sólo una persona al tanto de las pantallas que emiten los avisos.

En declaraciones a Europa Press Televisión, el Presidente Nacional del Sindicato de Funcionaros de Prisiones (CSI-CSIF), Francisco Gil LLera, ha explicado que "la persona que vigila las alarmas es una sola" y que "son muy pocos los funcionarios que están haciendo ese servicio".

La alarma del GPS de Maximino Couto, según la investigación abierta por Instituciones Penitenciarias, sí funcionó, y al parecer, saltó en el momento en que el acusado se desprendió del dispositivo. "La pulsera consta de dos aparatos, uno es el GPS, que va en el bolsillo del interno, y por otro lado la pulsera, y deben estar conectadas entre sí", explicó.

La alarma puede sonar en dos supuestos: al separarse ambos elementos --cuando se corta la pulsera--, o cuando el recluso entra en la zona de exclusión, que en este caso estaba fijada en dos mil metros alrededor de la vivienda de su ex pareja.

Una de las hipótesis de Gil Llera para este caso en concreto es que la alarma "no saltara en la pantalla o que el compañero no se diera cuenta". En teoría, la alerta aparece en una central situada en Madrid, donde hay un funcionario pendiente.

Sin embargo, "hay veces que saltan alarmas injustificadas, por ejemplo cuando el preso está durmiendo y la pulsera no hace contacto con el GPS", aseguró el representante sindical.

LAS PULSERAS NO SALVAN LA VIDA A NADIE

No obstante, CSIF quiso destacar que la existencia de estas alarmas no garantizan que se pueda salvar la vida de una persona amenazada. "Estas alarmas no salvan la vida a nadie; aunque se detecte la alarma en su momento, el agresor puede llegar a matar a la víctima y marcharse antes de que llegue la policía allí", dijo.

En este sentido, añadió que "cuando una persona quiere matar a otra, la eficacia de la pulsera es nula", y recordó que en el caso de estos dispositivos, el ámbito de exclusión fijado a partir del cual salta el aviso, se marca "alrededor de una vivienda, no de la persona".