BARCELONA 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia de Barcelona ha condenado a cuatro años de prisión a un sargento de los mossos d'Esquadra que estafó a varios inmigrantes chinos 'sin papeles' al cobrarles dinero para facilitarles permisos de extranjería. El sargento, que entonces estaba en excedencia, no llegó a tramitar la documentación, por lo que fue denunciado por los inmigrantes.
El fiscal pedía seis años de prisión por un delito de estafa, y ahora la Audiencia le ha condenado a prisión y a pagar 1.800 euros de multa y 103.500 de indemnización a los inmigrantes. La sentencia será remitida a la Conselleria de Interior de la Generalitat para que decida qué medidas disciplinarias internas tomará con el sargento.
Chaoxiang A., inmigrante irregular, conocía al policía por su condición de confidente, y en un encuentro en el centro comercial La Maquinista de Barcelona, en octubre de 2007, entregó 1.500 euros al sargento para que le tramitara la documentación en dos meses. Además, una amiga del inmigrante, Xiaoxu Y., intérprete, buscó a entre 15 y 30 compatriotas interesados en legalizar su situación y a los que el mosso pidió 3.000 euros por persona, 1.000 de los cuales de forma anticipada.
Por ello, días después, la intérprete china entregó al agente 15.000 euros en concepto de anticipo para la documentación de 15 inmigrantes. Parte de este dinero lo recibió en un cheque al portador que la traductora había obtenido como préstamo personal de otro ciudadano chino y que G.M.M. cobró personalmente en una sucursal bancaria de Mollet del Vallès (Barcelona) a principios de noviembre.
Pocos días después, la intérprete entregó 27.000 euros más al policía en un encuentro en el Port Olímpic de Barcelona al que también acudió el prestamista chino. Más tarde, el sargento pidió el resto del dinero para acabar los trámites.
A mediados de diciembre, en la cafetería de la Estació de França, cerca de las dependencias de Extranjería de la Delegación del Gobierno, recibió 60.000 euros más de parte de la traductora y del prestamista e incluso les llegó a mostrar fotocopias de supuesta documentación de extranjería. A pesar de que les dijo a los chinos que regresaba en poco rato, no lo hizo, y la intérprete recibió un mensaje en su teléfono móvil en el que le advertía de que no denunciara los hechos porque sus compatriotas serían expulsados.
En total, según la sentencia, el sargento recibió 103.500 euros para tramitar decenas de expedientes.
Durante el juicio, celebrado en julio, G.M.M., de 37 años, negó las acusaciones y dijo que conocía a una de las víctimas porque era un confidente suyo en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).
Según el mosso, este inmigrante le pidió que le ayudara a regularizar su situación, pero le contestó que esto es competencia de la Policía Nacional. Sin embargo, se ofreció para ayudarle a través del Consulado de China en Barcelona, aunque dijo que no cobró por ello. Finalmente, las autoridades chinas no quisieron ayudar en la tramitación.
En varios encuentros en la ciudad de Barcelona, G.M.M., que había sido subjefe de investigación de los Mossos en Santa Coloma y ahora vuelve a estar en el Cuerpo, se ofreció a la intérprete para que buscara compatriotas suyos en situación irregular.