FLORENCIA (ITALIA), 19 (Del enviado especial de EUROPA PRESS, Joaquín Begines)
El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, saludó hoy desde Florencia (Italia) el acuerdo alcanzado por los líderes de la Unión Europea (UE) sobre el nuevo Tratado de Lisboa y destacó que "representa un paso importante en cuanto que significa el desbloqueo del proceso de construcción de la UE que había tenido lugar como consecuencia de la parálisis de los referéndum sobre la Constitución Europea".
En declaraciones a los periodistas con motivo de su participación en la última sesión de la XXXV Asamblea General de la Conferencia de Regiones Periféricas Marítimas de Europa (CRPM), Chaves indicó que el acuerdo cerrado esta madrugada en Bruselas "representa un avance importante en el proceso de construcción europea, porque Europa tiene ahora ya un armazón y una estructura institucional".
Junto a ello, el jefe del Ejecutivo andaluz puso en valor el hecho de que el acuerdo representa "un paso más en la democratización de la UE en cuanto que el derecho de veto de los países se reduce, al pasar de 36 a 87 las materias que no pueden ser vetadas y sobre las que no se exige la unanimidad".
En clave más nacional, Chaves destacó igualmente que "España, al conseguir una representación de 54 eurodiputados en el Parlamento Europeo, ha conseguido los objetivos y ha aumentado la representación que se acordó en principio en Niza", si bien recalcó que "todo lo que tiene de importante el acuerdo de Lisboa es el desbloqueo de una situación que ya nos estaba preocupando a todos".
NUEVO TRATADO DE LISBOA.
El nuevo Tratado de Lisboa acordado la pasada madrugada por los líderes europeos y que se firmará en la capital portuguesa el 13 de diciembre incluye las principales novedades institucionales de la fallida Constitución Europea --rechazada hace dos años en referéndum por Francia y Países Bajos-- con el objetivo de hacer que la UE sea más eficaz, democrática y transparente. No obstante, se eliminan todos los valores simbólicos que puedan identificar a la UE con un Estado para contentar a los países más escépticos.
En primer lugar, se mejora la representación exterior de la UE con la creación de dos nuevos cargos. Por un lado, el presidente permanente, que sustituirá a las presidencias semestrales con un mandato de dos años y medio renovable y que se ocupará de garantizar la cohesión y la coordinación del Consejo Europeo. Para este cargo ha sonado el nombre del ex primer ministro británico, Tony Blair. También se refuerza la figura del Alto Representante, que pasará a ser vicepresidente de la Comisión y presidirá las reuniones de jefes de la diplomacia de los Veintisiete.
La Carta de Derechos Fundamentales se convierte en jurídicamente vinculante, aunque no se aplicará en Reino Unido ni en Polonia. Asimismo, se modifican sustancialmente los mecanismos de toma de decisiones ya que se suprime el veto en unas 40 políticas, entre ellas la de inmigración, y se extienden las competencias de la Eurocámara.