BARCELONA 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Generalitat, José Montilla, reclamó hoy máximo realismo y mínimo pesimismo para afrontar la crisis en la que Cataluña está todavía inmersa. "Los líderes del desánimo no avanzan ni lideran; lo que hacen es hacer recular al país", sostuvo.
Esta es la consigna que centró la primera parte del discurso de Montilla en el Debate de Política General, en el que evitó lanzar prematuramente las campanas al vuelo respecto al final de la crisis, aunque recordó que algunos estudios ya apuntan que podría ser que lo peor de la recesión hubiera pasado. Defendió un equilibrio entre el optimismo excesivo y el pesimismo, "que puede ser una arma interesada para el discurso de algunos, pero es inapropiado para un Govern responsable", dijo en alusión a CiU.
Con la tesis de que Cataluña todavía sufre la recesión y deberá superar muchos problemas para respirar, insistió en que este conocimiento de la realidad "no se puede confundir con una actitud de pasividad ni con la aceptación de un discurso pesimista sobre perspectivas de futuro". Según él, es tan necesario decir la verdad sobre la crisis como evitar que algunos liderazgos esparzan el pesimismo.
Basó la primera parte del discurso en la crisis como primer problema de los catalanes, aunque antes recordó algunos hechos que ilustran que el país sigue moviéndose pese a la recesión, como la inauguración de la nueva terminal de El Prat, la Ciudad de la Justicia y la Ley de Educación de Cataluña, además del nuevo acuerdo de financiación.
"Todo esto son realidades que confirman que Cataluña va hacia delante y lo consigue; son la confirmación que la acción de Govern se concreta y que el Estatut se despliega", señaló Montilla, que reiteró su determinación para evitar que el desánimo y la resignación perduren en la ciudadanía.
Según él, muchas medidas puestas en marcha justificarían por sí mismas el esfuerzo de toda una legislatura, y señaló que "por bastante menos se habían vendido como extraordinarias algunas de las seis primeras legislaturas de esta etapa democrática".
Para Montilla, la mejor receta contra el pesimismo es combinar espíritu emprendedor y acción pública eficiente, y es con esta mentalidad con la que el Govern afronta las dificultades, "porque no hay ningún reto que se supere desde un prejuicio pesimista o negativo".
Señaló que Cataluña tiene problemas serios, pero no está peor que las economías de su entorno, aunque admitió que el caso catalán y español se ha acelerado por el agotamiento del modelo de crecimiento existente, y se está manifestando con el crecimiento del paro en un nivel muy superior al del conjunto de países desarrollados.
De todas formas, garantizó que Cataluña está preparada para afrontar los retos que la crisis ha puesto en evidencia. Ni la recesión ni la "cantinela persistente de algunos" debe hacer olvidar a los catalanes que tienen una economía abierta al exterior, que aprovechará que la recuperación de la demanda mundial que ya comienza a apuntarse.
Y es que, según Montilla, la confianza en la capacidad propia de superación es el motor más potente que se necesita, aunque sea intangible. A eso hay que añadir la acción de un Govern que ha actuado "al máximo de sus posibilidades, por el volumen de recursos y por los ámbitos de actuación, yendo más allá de los estrictos límites competenciales".
Aseguró que esa seguirá siendo la conducta del Ejecutivo: "No bajaremos la guardia en ningún momento, mantendremos el mismo nivel de compromiso y tomaremos las medidas necesarias hasta que se clarifique el panorama".
De hecho, citó algunos "síntomas de vitalidad" contra el pesimismo, y recordó la compra de Spanair por parte de empresarios catalanes, la fusión de Vueling y Clickair, y la ubicación en Martorell del modelo Audi Q3.