MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una de las niñas internas en una de las colonias infantiles organizadas durante la dictadura, los denominados preventorios franquistas, ha declarado este miércoles ante el Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid a petición de la juez argentina María Servini de Cubría, en la causa que ésta instruye por delito de genocidio y crímenes de lesa humanidad cometidos durante esa etapa.
Alicia García Romera, que tiene ahora 66 años, permaneció interna en el preventorio de Guadarrama en 1957. En su querella, presentada ante la juez argentina, reflejó que una de sus compañeras perdió audición tras un golpe propinado por uno de los sacerdotes del centro: "Esto es una hostia. Tú debes decir sagrada forma', le gritó.
Según ha explicado en declaraciones a Europa Press, su denuncia también incluía hechos relacionados con su padre, ya fallecido y que ha expuesto al magistrado de Madrid. Arquímedes García fue detenido y obligado a bautizarse en la Iglesia de la localidad cordobesa de San Pedro Abad porque "su nombre no era católico". Fue condenado a tres años de cárcel por desafección al nuevo régimen.
Alicia García ha criticado, a su salida de los Juzgados de Plaza Castilla, el trato dispensado por el juez que le ha tomado declaración. Según ha explicado, el magistrado --cuyo nombre no le ha sido facilitado-- no ha mostrado ninguna empatía y le ha reprochado que no hubiera denunciado en España. A pesar de ello, se ha mostrado satisfecha por haber podido exponer los abusos a los que se le sometió.
Según ha informado la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (Ceaqua) esta será la primera de una serie de declaraciones, doce en total, que se celebrarán en distintos Juzgados de España, que se prestarán en cumplimiento de varias comisiones rogatorias expedidas por la juez argentina el 15 de mayo pasado.
No es la primera vez que juzgados españoles toman este tipo de testimonios. Hace aproximadamente un año Servini se desplazó a España para interrogar a distintos testigos en la Audiencia Nacional y en otros juzgados de Sevilla y del País Vasco.
En opinión de Ceaqua estas declaraciones "no sólo reparan a las víctimas ante el desamparo en que se encuentran, sino que, también, allanan decisivamente el tránsito hacia la justicia".
