VALLADOLID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
La vecina de Íscar (Valladolid) María Ubalda A.G, juzgada hoy en la Audiencia Provincial bajo la acusación de tentativa de incendio, negó haber tratado de quemar intencionadamente en enero de 2006 un piso sito en la localidad iscariense propiedad del ex novio de su madre, María Teresa G.G, también imputada por los mismos hechos, y alegó en su descargo que, por un "olvido", pudo dejarse encedida una estufa de gas butano.
Pese a ello, el Ministerio Fiscal mantuvo su petición de cuatro años y dos meses de cárcel para la madre y dos años y dos meses para la hija, mientras que la acusación particular elevó la pena pedida para la primera a cinco años y la rebajó a dos años para la segunda. Las dos defensas, por su parte, pidieron una sentencia absolutoria.
Los hechos tienen su origen en un piso situado en la calle Fausto Herrero de Íscar que madre e hija habían compartido durante dieciséis años con Miguel Ángel P.G, quien fuera novio de la primera durante dicho periodo y que el 16 de enero de 2006, mediante escritura pública, se hizo con la propiedad total del inmueble tras disolverse el condominio que existía sobre él. Su ex pareja, María Teresa G.G, recibió a cambio en metálico más de 20.500 euros, el equivalente a la mitad del valor de la casa.
Fue la noche del 18 de enero cuando las dos acusadas, que tenían tres días de plazo para retirar todos su efectos y pertenencias, estuvieron en la casa para realizar la mudanza y, según sostuvo la hija, al marcharse pudieron dejarse encendida la estufa. "Hacía mucho frío y pusimos el calentador del agua para lavarnos y la estufa para calentarnos, pero se nos olvidaron encendidos", insistió María Ubalda.
En la misma línea, su madre, María Teresa G.G, en declaraciones recogidas por Europa Press, se declaró inocente y zanjó con un "no me acuerdo" buena parte de las preguntas que le formularon las acusaciones, incluso la de si, de forma involuntaria, se dejaron encendida la estufa en mitad del salón y un hornillo eléctrico en la cocina. La mujer sí desveló que su ex novio había sido condenado por delito de violencia doméstica sobre ella y su hija y que por tal motivo había una orden que le impedía acercarse a cualquiera de ambas.
JUICIO ACCIDENTADO
Durante el accidentado juicio, que incluso hubo de ser suspendido durante unos minutos al dispararse la alarma de incendio del Palacio de Justicia debido a una acumulación de humo en su patio principal, declaró también una hermana del propietario del piso, Rosario P.G, quien explicó que fue ella la que abrió la puerta a las acusadas esa mañana para que retiraran sus pertenencias y aseguró que al volver por la noche se encontró la estufa encendida y alrededor de ella un montón de materiales combustibles, como trapos, plásticos, cartones y dos sillas de mimbre que aún no habían comenzado a arder.
Lo curioso de su actitud es que en lugar de apagar la estufa, dado el peligro existente, se dedicó a llamar a los vecinos del edificio para que fueran fedatarios de lo que estaba ocurriendo. Posteriormente llamó a la Guardia Civil por teléfono y fue sólo entonces cuando apagó la estufa a requerimiento de los agentes.
"Me llevé un susto tremendo", recordó Rosario, quien, además de añadir que la puerta de entrada a la vivienda se la encontró tapada por fuera con un cartón de arriba abajo, denunció que el día anterior las acusadas ya se habían vuelto a dejar encendidos la estufa y un hornillo eléctrico.
De entre el testimonio de los vecinos, el más incriminatorio para las acusadas fue el prestado por Julia de B.M, quien declaró que un día después de los hechos María Teresa G.G. le confesó que había tratado de quemar la casa. "Dijo que ella no lo quería hacer pero que lo hizo, que no quería hacer daño a los vecinos pero sí a la casa", recordó la testigo, con la particularidad de que algo tan importante no se lo comunicó en su día a la Guardia Civil y lo mencionó tiempo después en su declaración ante el juez de paz.