El enfermero acusado de violar a cuatro jóvenes asegura que las relaciones fueron "consentidas"

Actualizado: lunes, 15 octubre 2007 15:57

"Le até las manos con un pañuelo para jugar porque no sabía que tenía 15 años", argumenta el procesado

SEVILLA, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

El enfermero del Fremap de 37 años, D.H.M., acusado de violar a cuatro mujeres, una de ellas menor de edad, en sus domicilios e intentarlo con una quinta joven reconoció hoy, en el trascurso del juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla, que mantuvo relaciones sexuales con las víctimas pero que "fueron consentidas".

En su declaración, el acusado sostuvo que las jóvenes le abrían la puerta de sus viviendas y se hacían "caricias" mutuas sin que hubiera amenazas. Asimismo, aseguró que conocía a dichas mujeres de "vista" o de haber "coincidido con ellas en algún bar".

En esta línea, a preguntas de la Fiscalía, que solicita para él 63 años de prisión, el imputado expuso que llevaba encima una agenda con nombres de mujeres --algunas con el peso y la estatura apuntados-- porque son datos "que manejaba de su trabajo" de enfermero, negando así que fuera por algún motivo personal.

El primero de los hechos que se le atribuyen tuvo lugar, según el escrito de acusación del fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, sobre las 18.30 horas del 13 de diciembre de 2002, cuando el acusado entró en la vivienda de una joven de 20 años, G.Y.G.V., y tras supuestamente "echarle algo inespecífico en los ojos le ató con una abrazadera de plástico las manos a la espalda, la echó en una cama y la obligó a practicarle una felación".

Tales circunstancias fueron negadas por D.H.M., quien precisó que ella lo "masturbó" pero sin llegar "ni a la penetración ni a la felación".

Por su parte, el Ministerio Público acusa también a dicho enfermero de entrar en el portal de un bloque tras una menor de 15 años, esperar que ésta saliera a comprar la merienda y acecharla dentro del inmueble con la cara cubierta con un trapo blanco con agujeros en los ojos. En ese momento, el procesado amenazó de muerte a la menor, le inyectó un ansiolítico en el glúteo y la violó. Tras los hechos, D.H.M. presuntamente le dio un beso en la cara a la víctima y le dijo: ¡Adiós guapa, ten cuidado que la puerta se abre fácilmente!

En cuanto a este caso, dijo que había coincidido en alguna ocasión con la menor y que lo "invitó a subir a su casa", donde le amarró las manos con un pañuelo "para jugar", puesto que "no sabía que tenía 15 años". No obstante, comentó que "hubo penetración anal" después de un rato de "caricias y besos".

Al hilo, el 27 de julio de 2004 el demandado observó que R.V.B. de 25 años, según la Fiscalía, bajaba cosas de su vivienda de la capital hispalense y las llevaba hasta su vehículo. En una de estas salidas, entró en el piso, le puso una gasa en la boca y la violó amenazándola con un cuchillo. Finalmente, el acusado cogió un portátil valorado en 1.000 euros y, presuntamente, le dijo que si la Policía lo detenía, la mataría.

Al ser interpelado por estos hechos, el procesado argumentó que en un principio la víctima le iba a enseñar el piso "para alquilarlo" porque ya conocía a esta joven de "haber tomado alguna copa con ella en la zona de la Buhaira", aunque finalmente, según dijo, ella le masturbó.

Nuevamente, el 5 de agosto de 2004 D.H.M. supuestamente abrió una vivienda con una tarjeta de crédito en la que una joven se encontraba sola y duchándose con la puerta abierta. El enfermero le ató las manos con unas bridas blancas y, según el fiscal, la violó.

En su línea, el demandado dice que la joven lo invitó a su domicilio, donde mantuvo relaciones sexuales con la víctima e incluso, según matizó, le regaló "una cadenita con un colgante".

Por último, el acusado negó rotundamente que el 30 de septiembre de 2004 entrara en una vivienda empujando a una joven que estaba cuidando a dos niñas, le tapara la boca y, tras mirarla, se marchara del lugar sin llevar a cabo sus propósitos.

Por los hechos descritos, el Ministerio Fiscal pide que el acusado sea condenado a 63 años de prisión por cuatro delitos de violación, cuatro faltas de lesiones, una tentativa de agresión sexual, dos faltas de hurto y cinco de allanamientos de morada. Asimismo, por los daños morales y las lesiones a las víctima, el fiscal considera que D.H.M. deberá abonar más de 110.000 euros en concepto de indemnización.

El juicio, que comenzó hoy en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla con el interrogatorio del procesado, continuará durante toda la semana con los testimonios de las víctimas y de los médicos que las atendieron.