MADRID 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los dos jóvenes juzgados en la Audiencia Nacional por intentar quemar un autobús el 5 de octubre de 2007 en la localidad vizcaína de Markina-Xemein han alegado que en el momento de los hechos se encontraban en un concierto de punk-rock y un partido de pelota vasca, respectivamente.
Durante el juicio, que ha quedado visto para sentencia, el fiscal Juan Moral ha elevado a definitiva su petición de siete años de cárcel para Eneko Ostolaza Ikaran, de 27 años, y Borja Oregui Urrutia, de 25, por un supuesto delito de incendios terroristas.
Ostolaza ha explicado ante el tribunal que el día de los hechos se encontraba en el café Antzokia de Ondarroa (Vizcaya) viendo un concierto de punk-rock del grupo Su Ta Gar y de una formación alemana a la que había recogido en el aeropuerto de San Sebastián. "Era la primera vez que venían a España e hice de anfitrión", ha señalado el acusado en euskera.
Oregui, por su parte, ha indicado que, aunque no lo recordó durante su declaración ante la Policía Nacional debido a la situación de incomunicación en que se encontraba, su padre le dijo que cuando se produjo el ataque se encontraba disputando un partido de cesta-punta contra el equipo Berritxu.
Los dos acusados, que se han negado a contestar a las preguntas del representante del Ministerio Público, han asegurado que sufrieron torturas antes de ser puestos a disposición judicial, aunque este extremo ha sido desmentido por los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que han comparecido ante el tribunal.
En el juicio también ha declarado el conductor del autobús, Manuel Bautista Rey, quien ha señalado que aunque "físicamente no tenía daños", el ataque le provocó "secuelas psicológicas". En concreto, sufrió un trastorno ansioso depresivo por el que, según el fiscal, debería ser indemnizado con 40.000 euros.
SORPRENDIDOS POR LA ERTZAINTZA
Según el relato de hechos del Ministerio Público, los acusados estaban integrados en un 'talde' que se dedicaba a "realizar actos de 'kale borroka' o lucha callejera en el marco de las actividades coordinadas y dirigidas por la banda terrorista ETA".
Los dos procesados y otros que se encuentran en situación de rebeldía quemaron una serie de neumáticos en la calle Zehar del citado municipio, detuvieron un autobús de la compañía Autobuses Vascongados y obligaron a descender al conductor tras romper la luna delantera del vehículo.
En ese momento accedieron al interior del autobús, obligaron a bajarse todos los pasajeros y lo rociaron con gasolina. No obstante, los atacantes no lograron prender fuego al vehículo, ya que en el lugar se personaron varios efectivos de la Policía Autónoma Vasca.