ETA.- La Audiencia Nacional absuelve a dos etarras acusados de enviar una bomba al director de RNE en Bilbao

Estima que no puede acreditarse que Goñi y Mendizabal escribieran una carta en la que reivindicaban el atentado

Europa Press Nacional
Actualizado: miércoles, 1 diciembre 2010 15:02

MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Nacional ha absuelto a los etarras Asier Arzalluz Goñi e Idoia Mendizabal al considerar que no ha podido acreditarse que enviaran un paquete bomba el 17 de enero de 2002 al director de Radio Nacional de España (RNE) en Bilbao, Santiago Silván, hecho por el que el fiscal Vicente González Mota solicitaba sendas penas de 20 años de cárcel por un asesinato en grado de tentativa.

Así consta en una sentencia dictada este miércoles por la Sección Primera de la Sala de lo Penal que señala que no puede probarse que los dos terroristas, a los que se sitúaba junto a Garikoitz Aspiazu Rubina, 'Txeroki', en el 'comando K-Olaia', "hubieran decidido la acción ni dado la orden de atentar contra el director del medio de comunicación o intervenido en la preparación y entrega del paquete bomba".

Para sustentar este argumento, la Audiencia Nacional desvirtúa la principal prueba de cargo, la cinta de una máquina de escribir hallada en el domicilio que el etarra Gorka Martínez Arkarazo tenía en Amorebieta (Vizcaya) con el que se habría escrito una carta dirigida a la dirección de ETA en la que el 'comando' detallaba las actividades que había realizado.

El tribunal, integrado por los magistrados Javier Gómez Bermúdez, Teresa Palacios y Ramón Sáez, que ha actuado como ponente, sostiene que la afirmación de que esta máquina de escribir fuera utilizada para escribir el informe es "una mera alegación sin sustento probatorio".

Argumenta en este sentido que los peritos de inteligencia aseguraron desconocer este extremo y los de documentoscopia "no fueron preguntados al respecto" y "se limitaron a leer la cinta, transcribir los textos impresos y traducirlos al castellano". "Pero en ninguno de ellos aparece el documento que nos ocupa, circunstancia que tampoco fue segurida por el fiscal", añade.

Sin embargo, otro tribunal de la Sección Cuarta en el que también se integraba la juez Palacios condenó a 15 años de cárcel a los dos etarras por enviar el mismo día otro paquete bomba al presidente del Grupo Correo, Enrique Ybarra. En este caso, los magistrados consideraron acreditado que la citada máquina de escribir fue utilizada para escribir las etiquetas que llevaba al paquete, prueba que se unió al testimonio de varios testigos que reconocieron a Mendizabal.

"DECLARACIÓN IMPRECISA"

Tampoco cuentan con suficiente entidad probatoria para justificar la condena la declaración que hizo Martínez Arkarazo tras su detención, que aseguró que contenía "cosas ciertas, otras mentiras y otras inventadas" al haberse desarrollado "bajo torturas", ni la que realizó un ertzainta en la que identificaba a "una mujer de veintitantos años, con gorra y altura de entre 160 y 165 centímetros" como la persona que entregó el paquete bomba en una oficina de mensajería.

"Es un dato impreciso que ni siquiera podríamos utilizar con provecho", argumentan los integrantes del tribunal, que añaden que la acusación pública no ha podido demostrar que Mendizabal tuviera el alias de 'Ilardi' y que a Arzalluz le llamaran 'Sendoa'. De igual modo, la sentencia subraya que el hecho de que los acusados hayan reconocido su integración en ETA "no es indicio de que intervinieran en la ejecución del atentado contra el periodista".

El paquete, que fue recogido por el hijo del periodista, contenía unos 210 gramos de dinamita-goma y fue remitido con "la intención de matar o causar graves lesiones a quien procediera a su apertura". Sin embargo, no llegó a explotar porque Silván avisó a la Ertzaintza, que se encargó de desactivarlo.

Durante el juicio, los dos acusados reconocieron ser miembros de la organización terrorista y, tras negarse a declarar a las preguntas de las partes, aseguraron que la Audiencia Nacional no tiene "ninguna licitud" para juzgarles. "Si alguien tiene que juzgarme debe ser mi pueblo", dijo la acusada.

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