Dice que se podrá superar la violencia si Batasuna hace una apuesta "real" por separar la vía política de la violenta
BILBAO, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -
El consejero vasco de Interior, Javier Balsa, aseguró hoy que "salvo que lo diga" ETA, no cree que el atentado de Madrid haya sido fruto de una escisión en la banda terrorista, por lo que entiende que "en principio" las decisiones de ETA "son asumidas por el conjunto de la organización". Además, advirtió de que tras la "perdida de credibilidad" con la ruptura del alto el fuego sin comunicado previo, "una nueva tregua no valdría a corto plazo".
En una entrevista en Radio Euskadi, recogida por Europa Press, el consejero dijo que no hay que "perderse en elucubraciones de laboratorio sobre qué ha pasado en ETA" en relación con esa hipotética escisión. "Hay que esperar a que ETA lo aclare y sin duda lo hará", añadió.
Sin embargo, sí reconoció que "es extraño y doblemente grave la inexistencia de un comunicado de ruptura", lo que, a su entender, supone por un lado que "ETA ha asesinado y ha cometido un atentado brutal y salvaje" y, por otro, "que ha perdido la credibilidad que podía tener" en sus anuncios de alto el fuego.
Respecto a las acciones futuras de la banda terrorista, el consejero aseguró que "una nueva tregua no valdría a corto plazo" porque "al de equis tiempo podemos tener un nuevo atentado por sorpresa, así, sin ruptura de ningún tipo". Asimismo, recordó que ETA "si hablamos desde Bizarra en el 99, en un plazo de tiempo muy corto, ETA ha roto por dos veces la esperanza que había crecido en esta sociedad y por lo tanto no nos basta con un comunicado de alto el fuego".
En este sentido, para él, "esta sociedad lo único que tiene claro y que reclama es que ETA deje de existir y deje hacer política con total normalidad".
Por otro lado, apostó porque se mantengan las líneas de comunicación establecidas con el Gobierno central durante el proceso, para que el Departamento de Interior pueda conocer el "análisis que hagan después de las reuniones recientes con ETA". "Conocer qué ha pasado, quién es la interlocución que han tenido y la situación dentro de la organización; no por curiosidad, sino para poder tener preparadas las defensas y saber cómo está el enemigo que tenemos enfrente", indicó.
ATENTADO NO ESPERADO
Balsa aseguró que, "con los datos que iba transmitiendo el Ministerio del Interior", no tenía datos objetivos para pensar en un la ruptura del alto el fuego, que consideró más exactamente como "un incumplimiento claro por parte de ETA de lo que había declarado hace unos meses".
A pesar de esta situación, sí reconoció que había "dos alarmas rojas" en los últimos tiempos: "una la escalada en la gravedad de la violencia callejera, que había empezado a atentar contra algunos domicilios de ertzainas" y otra el arsenal de la banda encontrado en Bizkaia, que "significaba que un comando de ETA estaba manipulando en material explosivo en Euskadi".
Preguntado por la bomba encontrada recientemente en Atondo, lista para ser explotada, dijo que no tiene "ningún dato objetivo para poder pensar en alguna víctima o en algún lugar concreto de colocación".
Sobre la kale borroka, recordó que "ETA la define como una lucha complementaria a la suya". "Cuando hacen un atentado de kale borroka terrible como el de Arrásate, (qué noche de Reyes les han dado a unos niños que han tenido que salir rodeados de mantas y de gente con miedo a la calle) ETA no elige este atentado, pero lo asume como una lucha complementaria a la que hacen sus comandos", añadió.
En referencia a la situación política en la que ha quedado al izquierda abertzale tras el atentado de Barajas, explicó que sus responsables "tampoco" lo esperaban, algo que consideró "positivo" porque "demuestra una desvinculación entre lo que hace la izquierda abertzale y lo que hace ETA" y también "negativo" por la "nula capacidad de reacción que ha tenido en contra de este atentado.
"La subsistencia política de la izquierda abertzale está precisamente en que la sociedad vasca pueda ver que tienen una personalidad propia y una capacidad de reacción frente a estas situaciones", aseguró.
El consejero de Interior mostró su deseo de "ver qué identidad real, política, tiene la izquierda abertzale", por lo que, indicó, la sociedad vasca "no puede afrontar otro proceso electoral sin una real representación política del 10% de la sociedad". En este sentido, abogó por "una auténtica personalidad en la izquierda abertzale" que no debería "quedarse callada ante un atentado de estas características".
"OCUPACIÓN VIOLENTA DE LA CALLE"
Exigió "capacidad de hacer política a pesar de ETA" frente a la demostración de que la izquierda abertzale "vuelve a la única respuesta que conoce a esta situación, que es la ocupación de la calle de una forma violenta", como, dijo, ocurrió en el acto del Movimiento pro Amnistía en San Sebastián.
"Quien de verdad quiere hacer política dentro de este mundo debe tener la autoridad y la identidad suficiente para dar un paso adelante y marcar diferencia con ETA y hacer un planteamiento creíble a esta sociedad", explicó.
Por eso planteó que "se superarán las iniciativas de violencia" si "quienes han estado llevando una participación importante en este proceso, como Otegi o Permach" apuestan por "un diálogo para tener una opción política propia" y mantienen su intención con el resto de partidos "de seguir separando en la postregua lo que tan importante nos parecía en la tregua, la violencia y la política".
Por otro lado, preguntado sobre los pasos que vaya a dar el Gobierno central, señaló que los desconocía pero destacó que Zapatero "ha tenido un par de intervenciones interesantes, en las que no se ha limitado a apelar contra ETA y la izquierda abertzale" y ha desarrollado "un cierto elemento de prudencia".
"Mientras supere tentación de hacer ahora el abrazo con el PP y retrotraernos a los tiempos de Aznar; si sabe mantener esta distancia, y creo que está dando algún apunte en este sentido, podemos gestionar de una forma interesante y transversal en esta sociedad el momento difícil que tenemos ahora", concluyó.
