MADRID 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los primeros análisis de los miembros del Grupo de Expertos en Desactivación de Explosivos (GEDEX) de la Guardia Civil cifran en 80 kilos la cantidad de explosivo que ETA pensaba utilizar en un atentado y que finalmente tuvo que detonar en un olivar de Castellón, donde había abandonado la furgoneta por la presión policial, informaron fuentes jurídicas.
Cinco presuntos miembros de ETA secuestraron el pasado viernes en Las Landas a un matrimonio de Orio (Guipúzcoa) y a su hijo de corta edad que se habían desplazado al sur del país vecino de vacaciones con su furgoneta, que apareció ayer destrozada en Castellón fruto de una explosión. Los terroristas pretendían repetir el 'modus operandi' del atentado de la T-4, por lo que pretendían mantener retenida a la pareja hasta cometer un atentado y evitar que denunciasen el robo.
Sin embargo, agentes de la Guardia Civil sospecharon de la furgoneta al detectarla el pasado sábado en el municipio de Les Coves, localidad a 45 kilómetros de Castellón. Los guardias comprobaron que no su robo no estaba denunciado, pero tras la explosión, alrededor de las 19:00 horas, en un olivar perteneciente al término municipal de la localidad citada, se inició una investigación.
Según los primeros datos con los que cuentan los investigadores, ante las pesquisas policiales desarrolladas a partir del sábado, los presuntos miembros de ETA que trasladaron hasta la provincia de Castellón el vehículo robado en Francia podrían haber decidido explosionarlo, informó hoy Interior.
Las Fuerzas de Seguridad se centran ahora en determinar el tipo y la cantidad de explosivo almacenado en la furgoneta y que ETA pretendía utilizar de manera inmediata para cometer acciones terroristas, según los investigadores.